Capítulo 5.

1.6K 149 7
                                    

(𝐂𝐮𝐚𝐧𝐝𝐨 𝐞𝐬𝐜𝐮𝐜𝐡𝐚𝐬 𝐥𝐚 𝐟𝐫𝐚𝐬𝐞 𝐝𝐞 "𝐋𝐨𝐬 𝐨𝐩𝐮𝐞𝐬𝐭𝐨𝐬 𝐬𝐞 𝐚𝐭𝐫𝐚𝐞𝐧" 𝐧𝐨 𝐞𝐬𝐭𝐚́𝐧 𝐝𝐢𝐜𝐢𝐞𝐧𝐝𝐨 𝐧𝐚𝐝𝐚 𝐪𝐮𝐞 𝐧𝐨 𝐬𝐞𝐚 𝐜𝐢𝐞𝐫𝐭𝐨).

Las parejas con demasiadas similitudes tienen menos probabilidades de durar juntas. Eso sí deben existir algunas semejanzas para ser compatibles.

                                𝐅𝐑𝐄𝐄𝐍
Estaba segura de que había escuchado mal, de que la vejez me estaba afectando demasiado rapido, y que Mike no acababa de soltar aquellas palabras. Me paré de mi silla, con la mirada puesta en él.

—¿De qué estás hablando?

Se quedó sentado, —De que quiero un espacio aquí, pero quiero también tener a Becky cómo mi secretaria.

Esto tenía que ser una broma. Venía aquí, a querer tener a mi secretaria como suya, ¿Quién se creía este tipejo?

Mi cara era de incredulidad, si no lo estuviera escuchando no lo creería, y aún así, lo estoy escuchando y no lo creo. Me pasé la mano por la barbilla, pensando; era de locos, pero por un lado, viniendo de Mike tampoco me sorprendía tanto, era un hombre que iba a por todo. Hasta por lo que no le pertenecía.

Becky se mantenía en silencio, como si la conversación no tratara sobre ella. Aunque por momento la veía con ganas de hablar.

Los Señores no formaban parte de la conversación, así como Jeff. Y es que había una batalla de miradas entre Mike y yo.

—¿Quién demonios te dijo a ti que te entregaré a mi secretaria? —espeté en una pregunta.

—Freen, tú y yo sabemos que estará mejor conmigo. Y no es como si no puedas añadir a alguien más, por favor, dejemos de ridiculeces.

—Eso te digo yo a ti —apunte—. Dejemos de esto. No te entregaré a mi secretaria y mucho menos te quiero dar un espacio en mi empresa.

—Hablas de ella como si fuese de tu propiedad. No lo es, Freen —miró a Becky—. Si vienes conmigo, te puedo pagar hasta el doble, Becky.

Está abrió la boca para hablar, pero yo no la dejé.

La impotencia me rebosaba.

—¿En serio crees que se irá contigo? Deja de hacerte ilusiones, Mike, eres patético—bufé.

—¿Y por qué no la dejas hablar? No es como si no pudieras contratar a alguien más. Y si no dejas que se vaya conmigo, o ella terminará renunciando por tu carácter basura —apreté los dientes—. O tú la vas a despedir porque llegó unos minutos después de la hora correspondiente.

No lo dejaría ganar. Aquí lo que estaba en juego era mi orgullo, y ni loca iba a permitir que este idiota venga de la nada a pisotearlo, enfrentarlo siempre sería la mejor opción.

Conocía mi caracter, no era favorable hacerme enojar, algunas veces era demasiado explosiva y no controlaba mis palabras o la forma en la que las decía.

—Eres retrasado. Que Becky no se va contigo, hombre, se queda aquí. Trabajando para mí, porque en mi secretaria, mía —y la sala quedó en un silencio, incómodo no, extraño. Mis palabras al final del día no resultaron ser las mejores, así que me aclaré la garganta y hablé de nuevo—. Porque trabaja para mí —arreglé.

—Deja que Becky decida, Freen. ¿O qué? ¿Tienes miedo de que se venga conmigo?

—¿Quieren dejar de hablar como si yo no estuviera? —intervino la castaña—. En primer lugar... estoy aquí y por lo tanto soy la que decide con quien se queda y con quien se va. Segundo, disculpe, joven Mike, pero no me interesa la propuesta, estoy recién empezando con la Señorita Sarocha pero gracias por el ofrecimiento —no sé porqué, pero en mi rostro se dibujó una sonrisa de suficiencia jamás vista. Becky volteó a mirarme—. Y en lo que a usted repecta, no decida por mí —y la sonrisa se me borró. Becky se colocó de pie y arregló unos papeles—. Si la reunión ha finalizado, me retiro. Con su permiso Señores.

Corazón de robot // freenbeckyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora