Capítulo 20.

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𝐋𝐚 𝐨𝐱𝐢𝐭𝐨𝐜𝐢𝐧𝐚 𝐬𝐞 𝐥𝐥𝐚𝐦𝐚 𝐜𝐨𝐦𝐮́𝐧𝐦𝐞𝐧𝐭𝐞 "𝐡𝐨𝐫𝐦𝐨𝐧𝐚 𝐝𝐞𝐥 𝐚𝐦𝐨𝐫" 𝐩𝐨𝐫𝐪𝐮𝐞 𝐬𝐞 𝐥𝐢𝐛𝐞𝐫𝐚 𝐞𝐧 𝐠𝐫𝐚𝐧𝐝𝐞𝐬 𝐜𝐚𝐧𝐭𝐢𝐝𝐚𝐝𝐞𝐬 𝐜𝐮𝐚𝐧𝐝𝐨 𝐭𝐞𝐧𝐞𝐦𝐨𝐬 𝐮𝐧 𝐨𝐫𝐠𝐚𝐬𝐦𝐨. 𝐄𝐬𝐭𝐚
𝐇𝐨𝐫𝐦𝐨𝐧𝐚 𝐭𝐚𝐦𝐛𝐢𝐞́𝐧 𝐭𝐢𝐞𝐧𝐞 𝐮𝐧 𝐩𝐚𝐩𝐞𝐥 𝐢𝐦𝐩𝐨𝐫𝐭𝐚𝐧𝐭𝐞 𝐞𝐧 𝐥𝐚 𝐥𝐚𝐜𝐭𝐚𝐧𝐜𝐢𝐚, 𝐩𝐫𝐨𝐯𝐨𝐜𝐚 𝐜𝐨𝐧𝐭𝐫𝐚𝐜𝐜𝐢𝐨𝐧𝐞𝐬 𝐝𝐮𝐫𝐚𝐧𝐭𝐞 𝐞𝐥 𝐩𝐚𝐫𝐭𝐨, 𝐚𝐲𝐮𝐝𝐚 𝐚 𝐫𝐞𝐝𝐮𝐜𝐢𝐫 𝐞𝐥 𝐞𝐬𝐭𝐫𝐞́𝐬...

  𝐅𝐑𝐄𝐄𝐍
—Las inversiones estaban siendo mal colocadas. ¿Cómo podemos dar el cincuenta por ciento si no tenemos ni el setenta? Era obvio que todo se iría por la borda —continuo mi padre—. Es obvio que tú, Freen, no puedes con todo esto.

Estábamos en mi oficina, Mike, mi padre y yo. Me encontraba en mi silla, con las piernas cruzadas y distraída, jugando con un lapicero. Era una manera de calmar la ansiedad.

—Se lo dije en varias ocasiones, Marco. Pero Freen no parecía querer hacer caso...

Deje de mover el lapicero y lo miré, —¿Estás seguro de eso? Tú evadías las reuniones. Y esta empresa está cómo está desde que tú llegaste.

—¿Estás insinuando algo? —dio un paso al frente.

—Sí, estoy insinuando que pudiste haberte robado todo junto a Becky. Son tal para cual —rugí.

–Becky ya te dijo que no tenía nada que ver —me juzgó con la mirada—. Eres una idiota, ¿cómo puedes creer eso?

—¡Es que es así. Becky pudo perfectamente haber sido!

—Pero no lo hizo, has caído demasiado bajo. ¿Usted apoya eso? —le preguntó a mi padre, el cual titubeó—. Obvio. Miren, los dos... Becky no es ninguna ladrona, y así tenga que dejar la empresa para irme a estar a su lado, lo haré. Ustedes no tienen ni la más mínima idea de como es ella o de que tan jodida es su vida. Tú, Freen; la despediste sin rendirle cuentas, no sabes de donde ella pueda sacar dinero para darle a su madre, eso es caer muy bajo —mi mirada cayó al igual que mis hombros—. Y usted, Marco; debe pensar un poco más. Becky no ha tomado ni un solo centavo. Ustedes deben tener más personas que no los quieren a su lado.

—Claro, defiendes a tu amante —me reí con ironía—. Está mas que claro, que tú y la Señorita Armstrong, tienen algo.

—¿Y que si fuese así? —apreté los dientes, tanto que empezaron a doler—. Estás celosa, eso es lo que te pasa y te ciegas a la realidad. Pero Freen, no creas en lo que te dicen. Becky no tomó nada, sí, la empresa está pasando por una mala racha la cual no sabemos cuando calmará. Pero Becky tiene deudas, Becky está mal, no sabes lo que pasa por su cabeza. No te diré más, porque no es de tu importancia, pero piensalo. Te estás equivocando.

Y hundiendo. Sin duda no tenía ni la más mínima idea de lo que estaba pasando en mi vida. De porqué me sentía tan así, de porque pensaba en ella las veinticuatro horas del día. Estaba en mi mente, en mi cuerpo aunque no había tenido nada con ella de esa manera; pero ese corto y hermoso beso se repetía en mi cabeza.

—Mike, sé que eres un buen muchacho, pero estoy de acuerdo con mi hija —me sorprendí—. Esa chica... eh... Becky. Tiene que pagar, ella no puede irse impune.

—¡Que no fue ella! Averigüen de donde fue robado el dinero, me comprometo a ayudar. Y después de eso, nos arreglamos para que la empresa salga a flote otra vez, pero no culpen a una chica como Becky...

Corazón de robot // freenbeckyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora