Capítulo 1.

1.9K 134 3
                                    

(𝐋𝐚𝐬 𝐦𝐚𝐫𝐢𝐩𝐨𝐬𝐚𝐬 𝐞𝐧 𝐞𝐥 𝐞𝐬𝐭𝐨́𝐦𝐚𝐠𝐨 𝐬𝐞 𝐝𝐞𝐛𝐞𝐧 𝐚 𝐥𝐚 𝐚𝐝𝐫𝐞𝐧𝐚𝐥𝐢𝐧𝐚).

Esta sensación se debe a la adrenalina, que inunda tu cuerpo en situaciones donde precisas a reaccionar con rapidez ante algo.

𝐁𝐄𝐂𝐊𝐘
Está demostrado que al menos el noventa por ciento de la población siempre está nerviosa en su primer día de trabajo. O más bien, al cien por cien. Y así era yo.

Me habían aceptado en una de las famosas empresas de Sarocha, ¿qué podría salir mal?

La verdad es que no cuento esta historia desde el presente, pero la cuento desde el futuro. Algo un poco más diferente.

Pero nunca imaginé que conocer a la gran empresaria Sarocha llegaría a ser un arrepentimiento. Ahora no me arrepiento, pero ojalá hubiera sido un poco más amable al principio. Las revistas no mintieron, pero a través de la compañía de Freen, más de diez secretarias habían pasado, y todas habían logrado no pasar el examen de una semana que Freen les otorgaba.

Ella sentía que nadie podía superar su inteligencia y cuando veía peligro de ello, utilizaba las palabras mágicas: Estás despedida.

Sí, en ese tono borde. Poco o nada le importaba, cuando salias de su oficina, inmeditamente dejabas de ser relevante, si antes no lo eras, ahí menos.

Y aquí estaba yo, en el presente, y para acoplar un poco más la historia, la contaré desde el punto de vista de aquella Becky.

Me levanté muy temprano, quería causar una buena impresión, claro, si es que la Señora o Señorita Sarocha no me echaba antes de tiempo; jamás investigué algo sobre ella hasta el día de ayer que me llamaron para así contratarme. Una chica joven me había entrevistado, pero Freen jamás se presentó.

Supuse que no tomaba esos encargos por sus propias manos, sino que lo dejaba en manos de otras personas. Era típico de esos ricos. Y Freen era una mujer muy millonaria, tenía empresas, coches lujosos y vivía en uno de los lugares más caros y finos. Manhattan era un sitio muy lindo, tenía sus ventajas.

Claro, y Freen jamás perdería esa oportunidad de presumir sus cosas ante el público.

En las noticias se hablaba mucho de ella, la mayoría de esas veces se decía lo afortunada que era por haber nacido en una familia de padres ricos, pero no se hablaba tanto de sus padres.

Lo máximo que se sabe es que eran dueños de aquellas empresas, o la menoría desde que Freen aceptó el cargo, desde que aceptó le habían llovido entrevistas, muchas de esas veces esperaba fuera de su casa para hablar sobre su vida privada.

Ella no miraba a nadie, todos la miraban a ella.

Entré por la gran puerta la cual estaba perfectamente custiodiada por guardias, los cuales no tardaron en pedirme identificación, con lo cual yo se las presentó. Y por fin entré a aquella empresa. Había estado aquí antes, pero ahora se sentía un aire nuevo, menos fresco y más pesado.

Sentí un dedo tocar mi hombro. Me giré encontrándome con una castaña la cual me sonrió al instante. Era aproximadamente de mi estatura, tenía una bonita sonrisa, y muy amigable.

—¿Hola?

—Tú debes de ser Becky, ¿cierto? —dedujo.

—Así es, ¿y tú...?

—Oh —me tendió su mano la cual estreché—.Nam, Nam Orntara. Es un gusto conocerte, Freen me dijo que su nueva secretaria llegaba hoy.

—Si, la quinta secretaria en este mes –bromeé un poco a lo que ella rió, bajando la cabeza hacia una libreta.

Corazón de robot // freenbeckyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora