15.Egnima

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Chales

Estaba todo preparado para partir cuando una hermosa figura apareció del bosque, se veía hermosa como siempre pero había algo diferente en ella

Tenía un vestido rojo intenso, su corset tenía encaje negro y un escote muy pronunciado, su larga cabellera estaba recogido en una trenza y su rostro generalmente limpio se encontraba maquillado de una manera excéntrica pero a la vez fascinante

Ahora parecía todo menos un ángel, los más de 100 hombres que mande traer del ducado miraban a Ameliel con fascinación envelezados por su figura

Todo se sintió enterno cuando nuestros ojos se cruzaron, había algo diferente además de su forma de vestir, no sabía que pero lo sentía

Cuando llego enfrente mío, me sonrió como habitualmente lo hacía pero en esta ocasión me generó un sentimiento de rechazo incomodo

-Vaya, ¿no confiaste en que volvería?

-yo...

-tranquilo, lo entiendo, gracias

No sabia que decir así que ordene a todos los soldados se tomarán la tarde para revisar el bosque y el perímetro

Acompañe a Ameliel dentro

-¿y la luna?-pregunto

-¿te refieres a la esposa del barón?-ella afirmó

-Se la esta tratando, el destino de esta familia es incierta-ella para de golpe y me mira

-¿por qué?

Le explique todo, desde lo mal heridos que llegaron hasta el revoque del título noble, ella me escucho sería pero luego simplemente sonrio

-Charles, ¿crees prudente revocar el título a Edward?- iba a replicar pero se adelanto-yo estoy bien, y no me parece buena idea dejarlo sin nada cuando su esposa está tan delicada

-Si es lo que piensas no haré nada -termino suspirando, ella tiene razón

La acompañe a su habitación y donde las criadas ya le preparando una tina, yo me iba a retirar sin embargo ella me sujetó del brazo

-por favor retírese todas y no digan nada a nadie -la voz de Ameliel se escucho demandante, las criadas nuevamente salieron dejándome a mi confundido

-Ameliel...

-por favor quédate conmigo, fue una noche difícil -la suplica en su voz me partió el corazón

-los rumores...

-esas mujeres no recordaran nada-me volvió a interrumpir, miró su mano que está sobre mí y noto que tiene largos guantes

-¿segura?

-Más que nada

-tienes que bañarte y cambiarte, volveré después-trate de salir pero me sujeto con más fuerza, casi inhumana

-no me dejes sola por favor, serás mi esposo mi cuerpo no será ni es un secreto para ti

Recuerdo la veces que la vi semidesnuda, incluso cuando la encontre aunque no repare mucho en su cuerpo estaba desnuda

-me quedare pero miraré a la pared-siento un ligero calor recorrerse el cuerpo, la vergüenza que siento ahora nunca antes la había sentido

-esta bien

Me siento en la cama, mirando la pared de piedra, escucho un ruido brusco y volteo, Ameliel acaba de romper su falda, entonces ella lleva la mano al frente de corset

-¿Que haces?-ella para en serio para mirame

-no se como se saca-eso me robaron una risa, me levanto y camino hacia ella

-te ayudo-al llegar puedo apreciar cada una de sus pecas, es hermosa, nunca podre dejar de apreciar eso-date la vuelta

Ella lo hace casi de inmediato, toma la larga trenza que tiene y la pone de lado dejando su espalda libre, mis extremidades apenas me responde  su olor nubla mi mente y intensifica mis sentidos

Cuando me desago del corset ella suelta un suspiro  al mismo no tiempo que que yo ahogo una exclamación

No tiene ropa interior

El corset cae y el resto de la ropa también, dejando su cuerpo descubierto ante mi, cada curva de su cuerpo era ignotizante, simples divino

Trago duro intentando no bajar la vista, entonces me centro en su espalda, en la tersa piel blanca resaltan dos grandes cicatrices,  son dos líneas que sin pensarlo mucho acaricio, siento como se estremece con mi toque, no se como explicarlo, pero yo también me estremesco al tocarla, esa cicatrices son la prueba de lo que fue, un ángel...

Ella voltea a mirarme, la respiración se me ataca en los pulmones cuando esos ojos violetas dan con los míos, lucho enserió para mantenerlo así, pero mis ojos se desvían a sus senos, es tan perfecta que es irreal

-Charles-la pronunciación suave de mi nombre hizo que me llegara un calor que nunca antes había experimentado,  no era vergüenza era algo más arrasador

-Ameliel-estaba tan asorto por ella, que no note cuando se pego a mi, podía sentir el latir de su corazón a través de mi camisa, su calides, su mano acaricio mi rostro

-no me dejes sola, nunca-dejando un beso en la comisura de mis labios se alejo confundiendome

Era un egnima atrapante

-no lo hare-es lo único que llegue a decir, cuando se saca los guantes y los zapatos todo el calor del momento desapareció para ser remplazado pir la preocupación -que te paso

Ella se metió al agua y ahí procedió a contarme mientras se lavaba. Muchos pensamientos y emociones pasaron por mi mente

un vampiro, el primero, ella bebió su sangre, por sentía que había algo diferente

la preocupación y el miedo de perderla

Era agobiante sentir tanto, y más cuando toda mi vida sentí nada

Al salir y secarse, ya limpia de toda suciedad y maquillaje se puso un vestido de dormir, yo que me había sentado cerca de la tina para escucharla seguía todos sus movimientos

Se  sentó en la cama y me sonrió

-ven, durmamos-sonrei levemente

-es temprano, y aun no estamos casados

-por favor, e tenido una noche difícil

Me levante aun negando con la cabeza

-hoy yo velaré tus sueños

Y en ese momento lo supe, no sería capaz de negarle nada, no a ella.

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