Ha pasado un mes desde el primer día de clases, Ramón y Diamantino se hicieron buenos amigos. Poppy y Suki se volvieron inseparables, en cuestión de semanas ya sabían la vida de la otra y constantemente pasaban el tiempo juntas.
Justo ahora se encontraban en la clase del señor Howard.
–Bien jóvenes esto es todo por hoy– el hombre cerró su libro y se puso frente a todos. –La próxima semana se llevará a cabo un baile de bienvenida, será formal y todos deben asistir, de lo contrario se les notificará a sus padres.
Esto causó emoción en todos los presentes, pues ¿A quién no le gustan los bailes?
Sonó la campana, era hora del receso.
–Odio los bailes– expresó la morena golpeando su cabeza sobre la mesa. –Y más aún si me obligan.
–Pues a mí me encantan.
–Poppy, a ti todo te encanta.
La mencionada se encogió de hombros y tomó un poco de su bebida, una combinación de fresas y moras, su favorita.
En ese momento alguien se acercó interrumpiendo la conversación.
–Hola preciosa– dijo Arroyin mientras se sentaba junto a Poppy.
–Lárgate, no queremos tus cursilerías– dijo Suki, no era la primera vez que se acercaba a ellas durante los recesos, en ocasiones trataba de estar a solas con la rosada.
Arroyin ignoró por completo a Suki y fijó su mirada en Poppy.
–¿Irás al baile?
–Es obligatorio– interrumpió la morena con molestia.
Poppy miró a Suki tratando, sin éxito, de indicarle con la mirada que no tenía por qué ser grosera, la contraria solo rodó los ojos.
Arroyin se aclaró la garganta atrayendo de nuevo la atención de la rosada.
–¿Te gustaría ir conmigo? –propuso sonriendo hacia ella de manera coqueta.
–¡Ah no!, eso sí que... –la morena estaba apunto de impedirlo cuando fue interrumpida por Poppy.
–Suki, ¿podrías esperarme en el salón? Por favor– le indico amablemente, haciendo un ademán para que se alejara.
–¡Agh! – Suki se levantó de su asiento pero antes de irse, se dirigió a Arroyin de forma amenazante. –Ni se te ocurra tocarla.
Poppy veía como su amiga arrastraba los pies mientras se alejaba.
–Lo siento por eso– le dijo a Arroyin una vez estando solos.
–No hay problema dulzura, entonces… –tomó sus manos y la miró, esta vez, con una expresión sería. –¿Quieres ir conmigo al baile? –la rosada abrió los ojos con sorpresa, se preguntaba si era lo correcto, si ella quería hacerlo.
Lo pensó por unos instantes y después le contestó: –S-si, me encantaría.
Su voz denotaba los nervios y la emoción, sería su primer baile y mejor aún, su primera vez saliendo con un chico.
–Maravilloso, entonces te veré después– Arroyin se puso de pie y besó su mano para después alejarse de su lado.
Poppy sentía un ligero calor en sus mejillas, su corazón latía de forma irregular, todo ésto está nuevo para ella pero le agradaba la sensación.
Con una gran sonrisa fue hacia el salón.
(...)
–Y, ¿Ya sabes a quién llevarás al baile?
ESTÁS LEYENDO
Tenías que ser tú
RomancePoppy Kendrick de 16 años, una joven alegre y optimista. Ramón Timberlake de 18 años, un chico inteligente y decidido. Ambos se conocen en la preparatoria y se enamoran uno del otro, pero por cosas del destino sus caminos se separaran. Años más tard...