La semana pasó con rapidez, todos esperaban con ansias el baile de bienvenida. Todos, excepto Ramón...
-Date la vuelta.
-Abuela no creo que...
-¡Shhh! Calla- le regañó mientras lo observaba de arriba abajo. -Creo que ese color no me gusta, ¿Por qué no te pruebas el otro?
-¡Agh!
Ambos se encontraban en una tienda comprando un traje para Ramón. La señora Rosiepuff casi tuvo que sacar a su nieto a rastras para ir a comprarlo. Estaba sentada afuera de los probadores mientras seleccionaba una corbata que combinara con su traje.
En ese momento salió Ramón, usando un traje color vino, llevaba una camisa blanca debajo, combinaba perfecto con su cabello, resaltaba sus penetrantes y hermosos ojos azules, lo hacía ver elegante y atractivo. Al verlo, su abuela se conmovió, se veía como su padre la primera vez que comenzó a usar trajes para ir a la empresa. "Cuánto ha crecido", pensaba mientras lo veía con ternura.
-Abuela, ¿no crees que se ve un poco ajustado? -hablo mientras jalaba su manga un poco.
-Llevaremos ese- Ramón iba a protestar pero Rosiepuff lo interrumpió. -Dije que llevaremos ese- su mirada reflejó autoridad, algo que intimido al menor.
(...)
Al llegar, dejaron las compras en la entrada, su casa era grande, pues su padre ganaba lo suficiente para darse ciertos lujos. El dinero no era problema, al menos eso creía Ramón, totalmente ajeno a lo que pasaba con la empresa de su padre.
-Hola querido- saludo su madre.
-Hola mamá, ¿Dónde estaban? -preguntó sin dejar de mirar el periódico mientras bebía un poco de café. -Creí que estabas en la escuela campeón.
-Estábamos comprando un traje- Rosi se apresuró a contestar.
-¿Un traje? -cuestionó con un aire de curiosidad, ahora mirando hacía su hijo. -¿Alguna ocasión especial?
-Para nada- afirmó Ramón, se sirvió un poco de café y tomó siento al lado de su padre. -Solo un tonto y absurdo baile de bienvenida.
Se encogió de hombros y bebió la calidez de su taza.
-Así que un baile ¿Eh? -indago John, intentando averiguar un poco más.
El pelinegro suspiro con pesadez.
-Si, la escuela lo organizó.
-¿Y por qué lo dices así campeón?
-No me gustan ese tipo de fiestas- expresó con incomodidad. -Hay demasiada gente.
-Recuerdo que te gustaba ir a las fiestas de la empresa.
-Eso es diferente- sonrió al pensar en aquello. -No me gustan las fiestas de adolescentes, es todo.
-¡Oh claro!- habló su abuela con ironía. -Porque tú ya eres todo un hombre, ¿no?
-Por supuesto que lo es- expresó su padre con orgullo. -Bueno, si no quieres ir no veo el problema.
El pelinegro sonrió conmplise de las palabras, pero su expresión se borro al oír a Rosiepuff.
-¡John Timberlake! -la abuela se volvió a su hijo con mirada asesina. -No le metas ideas en la cabeza, ¡él irá a ese baile y se callan los dos!- ordenó con autoridad y salió de la cocina, dejándolos solos.
-A veces me da miedo- confesó John.
-Y a mí- afirmó el pelinegro con miedo en su voz. - De todos modos gracias, es obligatorio asistir, de lo contrario te notificarán sobre mi ausencia y tendrás que ir a hablar con ellos.
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Tenías que ser tú
RomancePoppy Kendrick de 16 años, una joven alegre y optimista. Ramón Timberlake de 18 años, un chico inteligente y decidido. Ambos se conocen en la preparatoria y se enamoran uno del otro, pero por cosas del destino sus caminos se separaran. Años más tard...