Poppy
No es real. No es real. No es real.
Corro por los pasillos sin mirar atrás, las piernas me tiemblan a cada paso que doy, los pasillos se hacen más pequeños conforme voy avanzando, pero no me detengo, a pesar de que no sé a dónde voy.
Solo quiero despertar de esta pesadilla, quiero alejarme de él, quiero que todo sea una mentira.
<<No lo es, acéptalo>>
Me niego a oír la voz en mi cabeza, me niego a verlo otra vez, me niego a aceptar que aún siento algo por él, que mi corazón aún le pertenece, que mis pensamientos lo traen a mi, a cada minuto del día.
El futuro presidente, Darcy, no es más que Ramón.
<<Tu jefe>>
No, no, no puede ser.
¿Cómo voy a trabajar para él?, ¿cómo podré verlo y saber que no hay más que trabajo entre los dos?, ya que alguna vez pude conocerlo, descubrir el maravilloso chico que hay detrás de esa mirada qué ahora no es más que fría e indiferente.
No lo conozco, no conozco al hombre que vi hace un momento, ha cambiado y no me importa saberlo, no quiero conocerlo, ni saber lo que es ahora.
Mi corazón late a toda prisa, mis tacones resuenan en el piso de mármol blanco y hacen eco alrededor.
Giró por un pasillo y enseguida estoy en otro, mis pies se atoran el la tela roja del vestido y me hacen tropezar, me detengo para desenredarla y seguir corriendo, pero al levantar la mirada mi cuerpo se tensa, sus ojos azules me miran con un sentimiento que no puedo descifrar, la frialdad de su rostro me eriza la piel, está frente a mi con los puños cerrados y una postura firme qué me provoca respirar con dificultad, me ahoga su imponencia.
No aparto la mirada, me niego a mostrarle lo mucho que me afecta que mire de esa forma, que tan solo me mire.
Siento que sus ojos me recorren y trago saliva, el silencio nos envuelve durante un momento y deja paso a un duelo de miradas, mis ojos se clavan en los suyos con odio, no puedo verlo de otra forma y parece que eso le molesta, veo como su mandíbula se tensa y su pecho sube y baja con rapidez.
La tensión aumenta a cada segundo, ambos nos negamos a hablar, nos limitamos a usar las palabras y reservamos el desastre de un comienzo.
Mi corazón se detiene cuando veo que da un paso hacia mí.
Estoy lista para golpearlo si se acerca más, no me importa quien sea, no dejaré que me intimide por su título.
Mi cuerpo se niega a moverse, pero mi mente me grita que corra, que salga de aquí lo antes posible.
Da un paso.
Mi respiración se acelera.
Dos.
No puedo alejarme.
Tres.
Esto está mal.
Cuatro.
Me aparto.
No le permitiré estar más cerca, y cuando estoy a punto de hablar una voz que no es la mía resuena en el pasillo.
–Aquí estás, ¿Dónde te habías metido Ramón? –la voz de la señora Juliette.
Gracias al cielo.
–En nada importante– responde sin apartar los ojos de mi.
–Te estamos esperando, date prisa o…
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Tenías que ser tú
Любовные романыPoppy Kendrick de 16 años, una joven alegre y optimista. Ramón Timberlake de 18 años, un chico inteligente y decidido. Ambos se conocen en la preparatoria y se enamoran uno del otro, pero por cosas del destino sus caminos se separaran. Años más tard...