Poppy
El cuerpo me duele, mis piernas se niegan a dar un paso más bajo el sol que sale entre las nubes esponjosas, llevo dos horas corriendo para despejar mi mente, o al menos eso creo, no eh logrado encontrar una solución, mi cuerpo me pide a gritos que me detenga, pero mi mente está concentrada en lo que quiere.
Estoy sudando y eso hace que el cabello se me pegue en la cara, mis manos están resbalosas y mi rostro está goteando.
<<Solo un poco más>>
Correr es un hábito que he adquirido con el tiempo, cuando la negatividad me abruma no hay nada mejor que correr bajo la tenacidad de la madrugada.
El bosquecillo en el que estoy me envuelve con la brisa de los árboles, un recuerdo más del chico que me mostró este lugar, y desde entonces no he dejado de venir aquí para revivir viejos recuerdos.
Sacudo la cabeza y me detengo para tomar aire, apoyo las manos en las rodillas y al levantar la mirada un hermoso amanecer se alza en el cielo. Los tonos anaranjados se mezclan con el azul claro de la mañana, me coloco de nuevo los audífonos y me dispongo a regresar a casa con el manto de color que crece tras de mí.
La contagiosa melodía qué suena en mis oídos se detiene y el sonido de una llamada lo reemplaza.
–¿Hola? –pregunto extrañada al ver que no conozco el número.
–¿Señorita Poppy? –Su voz me parece familiar. –Soy Aria, la secretaria de la señora Juliette.
Abro los ojos y mi voz sale con más emoción de lo que quería.
–Sí, sí, la recuerdo.
–Felicidades señorita, el puesto de asistente es suyo.
¡No me la creo, no me la creo!
Empiezo a dar brincos y a gritar como loca, la gente que pasa a mi lado se sobresalta al verme, respiro y me pongo el celular en la oreja.
–¡Muchas gracias señorita Aria, en verdad se lo agradezco!
Oigo sus risas y su tono cambia por uno más serio.
–La esperamos en el Style Empire a las 8, que tenga un buen día– y sin más corta la llamada.
¡Lo conseguí, lo conseguí, conseguí el empleo y…!
Veo el reloj. ¡Las 7:30!
Genial.
Me apresuro a correr tan rápido como mis piernas me lo permiten.
Llego a casa y casi me caigo por las escaleras para llegar a mi habitación, tomo uno de los trajes que compré para las entrevistas y me visto a toda prisa.
El conjunto consta de una falda que me llega arriba de las rodillas y tiene una pequeña abertura en la pierna derecha, una blusa blanca y un saco verde esmeralda qué va a juego con la falda. Me hago una trenza porque sé que quedará mejor que una coleta y por último me pongo unos tacones blancos y algunos accesorios.
No tengo tiempo de hablar con mis padres así que solo les digo que conseguí empleo, sin embargo, omito mencionar el lugar.
Voy en el auto de papá y tengo que acelerar un poco, hace tiempo que me enseñó a conducir pero eso no evita que de vez en cuando caiga en un bache o me equivoque de pié a la hora de frenar.
Por fortuna llego 5 minutos antes, un chico joven vestido de negro se lleva el auto y lo estaciona en un lugar exclusivo para empleados, ahora que lo soy, podré disponer de un lugar.
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Tenías que ser tú
RomantizmPoppy Kendrick de 16 años, una joven alegre y optimista. Ramón Timberlake de 18 años, un chico inteligente y decidido. Ambos se conocen en la preparatoria y se enamoran uno del otro, pero por cosas del destino sus caminos se separaran. Años más tard...