Faltaba una hora para el baile, la mayoría se encontraban en sus hogares preparándose, más una en particular se alistaba desde hacía 3 horas.
Poppy, quien le había pedido a su padre que la recogiera para arreglarse, se encontraba absorta en un dilema con su cabello, no sabía cómo acomodarlo, su madre aún seguía con sus amigas y su padre no era el mejor para la peluquería, así que decidió llamar a su amiga.
-¡Suki ayudame, tengo un problema!
-¿Poppy?, ¿¡Que pasa!?, ¿¡Te encuentras bien!? -preguntó su amiga con preocupación.
-¡No sé cómo arreglar mi cabello! -gritó desesperada.
-Por Dios chica me asustaste, creí que era algo grave.
-Por supuesto que es algo grave.
-Acomodalo en un moño, con el vestido que llevas seguro se te verá genial- sugirió su amiga.
-Sabía que me ayudarías- dijo mientras comenzaba a atar su cabello. -Voy a colgar, te veo allá.
(...)
Por otro lado se encontraba Ramón, quien había necesitado solo 30 minutos para arreglarse, se miró al espejo con inseguridad, no era la primera vez que usaba un traje, en los eventos de la empresa los llevaba regularmente, pero algo le provocaba inquietud, tal vez el hecho de que solo conocía a Diamantino y seguramente se quedaría solo durante unas horas.
Eran las 4:45, bajó las escaleras y se encontró a su abuela sentada en el sillón, quien al verlo se conmovió.
-Te ves muy guapo mi Ramón.
-Gracias abuela- dijo mientras se sentaba junto a ella. -¿Y papá?
-El no a regresado, lo llamé pero no contesta el teléfono.
La mirada de Ramón reflejó preocupación, su padre había salido desde muy temprano sin decir a dónde iba y, desde entonces no había vuelto.
-Descuida cariño, no debe tardar- habló la mayor tratando de calmarlo, sabía lo angustiante que era para Ramón el hecho de no tenerla a ella o a su padre, pues la muerte de Sara había despertado grandes traumas en él.
-¿De verdad tengo que ir? -intentó convencer a su abuela una vez más.
-Ven aquí cariño- extendió sus brazos y lo envolvió. -Sé lo mucho que te esfuerzas Ramón. Sé que esto no es fácil para ti. Eres un gran niño, eres mi niño, y estoy segura que las personas te amaran por lo que eres. No tengas miedo mi ramoncito- acaricio su cabello con delicadeza.
-Te amo abuela- se aferro a ella, como si fuera el último abrazo que le daría.
-Ya ya- se separó de él limpiando sus lágrimas. -Vete ahora o llegarás tarde.
-Por favor llámame cuando llegue papá, no quiero que estés sola- le dijo mientras acariciaba su mejilla.
-Claro que sí cariño.
Dicho esto, tomó sus llaves y se dirigió a la escuela.
(...)
Poppy estaba contenta con el resultado, daba brincos de emoción en su cuarto mientras se miraba una y otra vez en el espejo. Satisfecha bajó las escaleras, donde su padre la esperaba.
-Mi princesa- Peppy se conmovió al verla, sus ojos se cristalizaron llenos de lágrimas. -Ahora se convierte en reina.
El corazón de Poppy se encogió y enseguida corrió para abrazar a su padre.
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Tenías que ser tú
RomancePoppy Kendrick de 16 años, una joven alegre y optimista. Ramón Timberlake de 18 años, un chico inteligente y decidido. Ambos se conocen en la preparatoria y se enamoran uno del otro, pero por cosas del destino sus caminos se separaran. Años más tard...