El aire frío golpeaba su ventana, las cortinas se abrían moviéndose bajo una brisa fresca. Las gotas resbalaban por el vidrio, producto de una fuerte tormenta.
Los golpecitos en la puerta eran suaves pero insistentes.
–¿Amapola?
La voz dulce de su madre resonó en su habitación, quien a menudo solía despertarla, pues de no ser por Ana, Poppy podría dormir todo el día.
–Despierta mi niña
–¿Qué hora es? –susurró entredormida.
–Son las 12, me parece que has dormido más de lo normal– mencionó Ana acariciando su espalda.
–Aún es temprano– ignoró las palabras y se dio la vuelta para volver a dormir.
–Ah no, tu y yo iremos de compras– aquello provocó que se levantara de golpe.
–¿Enserio? –sonrió entusiasmada.
–Sí cariño, tu papá se ha ido en la mañana, así que tenemos la tarde libre para las dos– sonrió al ver la rapidez con la que su pequeña salió de la cama. –Debemos buscar algo lindo para que uses hoy
La sonrisa de Poppy creció. En unas horas, tendría una cita con Ramón, sentía en su estómago un mar de emociones, estaba emocionada pero nerviosa, feliz pero insegura. La sola idea de estar con el pelinegro le provocaba un escalofrío.
Desayunaron a prisa y en cuestión de minutos se encontraban en la enorme plaza, rodeadas de cientos de tiendas.
En la primera boutique no tuvieron éxito, las prendas eran extravagantes e informales.
La segunda a la que solían ir no estaba abierta.
Mientras caminaban, notaron un nuevo establecimiento, las luces del pequeño letrero brillaban en diferentes colores, la transparencia de los vidrios dejaban ver algunas de las prendas que se exhiben en los maniquíes, un atuendo fuera de la tienda llamó su atención, ambas se miraron con una sonrisa y corrieron entre risas hasta llegar a la entrada.
La tienda estaba envuelta en una luz tenue, las paredes color magenta oscurecían el lugar, en su mayoría se observaban prendas elegantes.
–Hola, bienvenidas a nova 's– les recibió una mujer alta y castaña.
Luego de un largo rato se encontraban en los probadores, con una pila enorme de ropa que aguardaba junto a Ana.
Poppy se probó distintos conjuntos, sin embargo, ninguno le agradaba, demasiado corto, bastante flojo, el escote muy pronunciado, la falda muy ajustada, las prendas no le hacían lucir para nada bien.
Se sentía frustrada, acalorada por el constante cambio de ropa, al salir su madre la notó decaída, entonces recordó el hermoso conjunto por el cual habían entrado a la tienda. Sin pensarlo dos veces le pidió que se lo probara.
Spoppy se miró al espejo una vez dentro del estrecho probador, su cintura apenas se distinguía entre su cadera, sus piernas delgadas y sin curvas, los brazos delgados y su pecho cubierto de pecas, la frustración la golpeó aún más, si bien, aún no tenía la edad suficiente para que su cuerpo se desarrollara por completo, apartó la vista con indiferencia y colocó la ropa en su pequeño cuerpo.
Era como ver a otra persona, las prendas se ajustaban perfectamente a su piel, el color combinaba con sus ojos, era perfecto, cómodo.
'Todo es mejor cuando te sientes segura de lo que estás usando'.
Al salir su madre la miró con aprobación, para Ana era como ver a su pequeña contertirse en una mujer.
Salieron dispuestas a pagar cuando una figura conocida se acercó a ellas.
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Tenías que ser tú
RomancePoppy Kendrick de 16 años, una joven alegre y optimista. Ramón Timberlake de 18 años, un chico inteligente y decidido. Ambos se conocen en la preparatoria y se enamoran uno del otro, pero por cosas del destino sus caminos se separaran. Años más tard...