Capitulo 59

24 4 1
                                    

Recorrí gran parte de la ciudad, su energía era inestable pero por momentos se lograba percibir con precisión.

Después de unas horas seguí su rastro hacia un campo…

Ella estaba ahí rodeada de flores, se veía tan feliz.

Me acerque lento para que no se diera cuenta de mi presencia,

— ¡¡Te ves mucho más feliz en este lugar!!— le grite,

Su rostro voltea hacia donde estoy y se dispara su energía.

—¿Qué haces aquí!? ¿Como me encontraste?—

—Tranquila, necesito que evites el generar más energía eso les hará más fácil encontrarte—

— ¿Te envío mi padre? ¡Trabajas para él!!—

—No yo no trabajo para tu padre, solo…— pienso rápido— solo soy un chico al cual le caíste encima por escaparte de un internado, donde me imagino que no eres feliz. ¿No es así? ¿Me equivoco?—

—No sabes nada de mí, además me dijiste que no dirías nada— realmente me esfuerzo en que no se altere, pero no coopera.


—¿Me dirás tu nombre? — camino lento hacia ella,


—No te me acerques—

—Si te calmas podría ayudarte... — me mira dudando, de pronto veo que su ropa comienza a mancharse de color rojo

—Espera, espera... déjame ayudarte, te repito que entre más te alteres más fácil les harás el que te encuentren— me mira asustada, su cuerpo empieza a elevarse y sus ojos cambian de color

Frente a mi tengo a la representación de las 4 fuerzas más poderosas de la magia Vudú, martirizando a esta pobre chica hasta lastimarle el cuerpo.

Sin pensarlo dos veces me arriesgo a acércame a ella, es solo una niña y es inmadura aun para poseer ese nivel de energía de seguro por eso le está hiriendo.

—Puedo ayudarte, pero necesito que te calmes niña — ya estoy muy cerca de ella, comienza a llorar y el lugar se llena de energía maldita.

— ¡¡Porque insistes, solo déjame sola!! — a pesar del dolor que reflejaba me sentía tan atraído a ella,

— No quieres estar sola por eso estas así, lo sé — me mira con sorpresa, su respiración se fuerza

Me decido sin pensar en las consecuencias, no puedo seguir viendo como le duele estar así, el viento se intensifica, los árboles del alrededor vibran a la par de su presencia...

En aquel campo se encontraba la única descendiente de la sacerdotisa que poseía la energía de 4 diferentes deidades de la hechicería Vudú. Agua, fuego, tierra y viento se elevaban para hacerse presente en el cuerpo de esa chica.

Su cuerpo recibía esa energía pero no podía canalizarla como consecuencia era víctima de varias heridas en su cuerpo, que las deidades reclamaban como suyo.

El chico que presenciaba todo eso, no tuvo opción más que acercársele aun sabiendo que corría peligro su vida... pero por primera vez no le importaba el salir herido o perder la vida con tal de que aquella joven estuviera bien y quitarle su pena.

— Niji Ryū!! —invoca a su dragón blanco tomándola rápido, la cubre con su cuerpo mientras todo a su alrededor se estremece.

— Calma, todo estará bien. Yo estoy contigo... — la chica lo mira detenidamente, él se acercó a ella, la protege de ella misma y la sostiene junto a él.

Todo a su alrededor se ilumina en luces violetas, incluyéndola.

Él se aferra a su cuerpo que continúa perdiendo sangre. Trata de mantenerse firme y ella continúa observándolo atónita.

Por fin su cuerpo se vence, haciendo que la chica pierda el conocimiento en sus brazos la ve tan vulnerable...

El lugar se calma, las maldiciones que habían sido atraídas se dispersan.

— Mírate eres sólo una niña... — le acaricia el rostro, puede notar algunas lágrimas en sus ojos que se encontraban cerrados, su cuerpo tan débil con múltiples heridas en su espalda, brazos y piernas, como si por el hecho de no poder utilizar bien esa energía tuviera que ser castigada.

En el viento se perciben unos rezos, algo que al chico le vuela la cabeza...

Se da cuenta de que su cuerpo comienza a sanarse, poco a poco ve regenerar esa piel rasgada,

— ¿Qué es esto? — mira a la chica que solo suspira con miedo, siente que se aferra a él,

— No me sueltes, por favor — aun con los ojos cerrados le habla temblorosa

Su ropa manchada, era evidencia de la cantidad de heridas que tuvo.

—No lo haré — le contesta.

Al llegar al suelo una agradable lluvia se sentía sobre ellos dos, aún permanecían abrazados, cuando él percibe a unos hechiceros que se acercaban...

Pesándole, decide dejarla para que no supieran que presencio todo eso.

— Me tengo que ir... — le habla cerca del rostro, toma su mano para que le preste atención pues aún se ve débil

Sus ojos sobre mi X Jujutsu Kaisen Donde viven las historias. Descúbrelo ahora