— Es una broma ,¿cierto?— interrumpo su abrazo y volteo a mirarle
— ¿Lo crees así?— me mira retador,
— No puedes pedirme eso, estudié y luché por estar dentro, poder realizar mis prácticas ahí, además…—
— No hay nada que discutir, el viaje es sólo por la salud de tu padre, supongo que lo quieres tener con vida para nuestra boda, no?—
Mi pecho se oprime al escucharlo hablar con tanta frialdad…
—Mi padre podrá haber cometido muchos errores pero aún así lo adoro, Geto— el dolor de estómago que me provoca me hace querer alejarme de él
— La boda se llevará acabo en 1 semana, no podemos dejar que tú padre nos opaque el festejo mi amor— desliza sus dedos por mi mejilla y escucho que se aleja de mi
— Me engañaste todo este tiempo— suspiro
— Hiromi no eres una niña, tu tomaste la decisión, ese era la condición por el trato de quitarte el estúpido sello que te había impuesto Satoru Gojo—
— A caso podría negarme, si me secuestraste!!, me hablaste de amor y todas esas malditas mentiras!!—
Una brisa helada empieza a sentirse alrededor…
—Ten mucho cuidado con lo que haces Hiro, con una sola señal de que estás aquí les darás el suficiente rastro a los peces gordos para encontrarte y créeme no será nada agradable—
Sus pasos firmes se sienten sobre el pasto, se retira dejándome sin fuerzas…
— Cómo me metí en esto, cómo pude creerle de nuevo— me abrazaba a mi misma mientras sentía como la brisa me abrazaba y el viento silba.
Cerraba los ojos tratando de reconfortarme, me exalto al sentir una energía singular…
— Aquí te escondes pequeña zorra— su gruesa voz era inconfundible
Caigo sobre el pasto húmedo, frente a mi tenía aquel hombre con una energía tan dominante
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—SUKUNA…— mi piel se eriza y sus ojos son tan rojos como la sangre misma
Sonríe maquiavélico y se pone en cuclillas, acercándose a dónde estoy inmóvil del miedo.
— Ese color resalta tanto en ti…te verás hermosa bañada en sangre princesa— sonríe una vez más y desaparece frente a mi, dejándome confundida
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—Ya sea por mi padre o por Sukuna ,pero tengo que volver a Tokio a como de lugar—.
Llegando el día de regresar, Suguro hablo conmigo durante el vuelo…
— De verdad te tomaste muchas atribuciones— miro mi reflejo por la ventanilla
—Hago lo mejor para complacerte mi amor— me toma con fuerza el mentón para hacerme mirarlo,
— La decisión ya está tomada, te llevarán a tu departamento para que empaques lo que quede ahí, de ahí pasarás al colegio y después iremos tu y yo a visitar a tu padre—
— Aún no nos casamos y ya te sientes mi dueño— contesto con ironía
Se levanta deprisa, se desase de su saco y empieza a subir su camisa de las mangas…
— Levántate— me mira tenso,
— ¿Qué?— lo miro confundida
Me toma rápido de la muñeca y jala por el pasillo del avión…
—¿QUE HACES?!— miro como cierra la puerta del baño con apuro
—Repítelo— me habla con una mirada intensa
—¿Que te repita que?… Déjame salir de aquí — me impide el paso en el pequeño espacio
— Mírame mientras te digo esto— me toma del cuello— YO SOY TU DUEÑO, ME PERTENECES, FUI EL PRIMER HOMBRE EN TU VIDA Y SERÉ EL ULTIMO— con una voz dominante, me empuja sobre el pequeño lavabo que se encontraba aquí
— Suéltame — le miro retadora,
— ¿Quieres que te suelte?¿Enserio?— me toma bruscamente de las muñecas y me alza de ellas…
— Yo sé que no quieres que te suelte, pero sabes que si sé— desocupa una de sus manos y con la mano libre abre piernas para meterse entre ellas
— Puedes tenerme rencor…— me abraza fuertemente pero nuestros rostros quedan frente a frente— puedes decirme que me odias, que te mentí, te secuestre— se agita al grado de casi gruñir al hablar,— pero una cosa muy distinta es quitarme el título que me pertenece— inclina suavemente su cabeza, olfateando ligeramente entre mis pechos llegando hasta mi cuello…
—Eres mía— su mirada lasciva brillaba, estaba más que excitado de tenerme aquí encerrada a su merced
Antes de que pudiera hacer algo para quitármelo de encima ya tenía sus labios besándome con deseo y su lengua invadiendo mi garganta.
—Esto es lo que querías, cierto?— me toma del cabello para voltearme y tener mejor vista de mi parte trasera.
Sube con desespero mi falda, para deleite de él estaba más que húmeda, es cierto sólo el sabía lo que me gustaba, con el aprendí todo lo que sé, los dos experimentamos y nos complacíamos, jamás se negó a lo que le pedía.
Me mira por el reflejo del espejo, mueve sus manos para desabrochar su bragueta,
Una sensación cálida baja por mi entrepierna...
Se agita su respiración al sentirme tan mojada, me guiña el ojo y sonríe travieso, es como si tuviera un delicioso banquete ante él…
Es algo palpitante y caliente lo que siento en mi entrada, solo lo miro sin darle gusto de verme pidiéndole que entre dentro de mi
— Estoy esperando gatita…— desliza una y otra vez sobre mis labios,
— No te daré esa satisfacción Suguro, me estás tomando a la fuerza—
—Asi te gusta, solo tomas el control cuando yo te lo permito— de un movimiento me cambia de posición para quedar de frente,
— Ya no me gusta esto— lo miro indiferente,
El respira entrecortado, tiembla porque el nivel de placer que le provoca estar así es tan alucinante….
—Ahora que te gusta? Me vas a decir que te enseñaron nuevas cosas— me mira con deseo la boca pero no me besa
— Para que quieres saberlo, mejor te lo dejo a tu imaginación— trato de actuar a su nivel de egocentrismo, creo que es algo que lo haría explotar debido a sus celos.
De un golpe quiebra el porta toallas al escucharme, sus ojos llenos de furia me hacen sentir nerviosa…
— Aquel que haya puesto un dedo sobre lo que me pertenece , tiene las horas contadas— me besa a la fuerza y yo forcejeo para quitármelo
Logro morderle , quita la sangre lamiendo su labio inferior, abre mis piernas bruscamente y de una sola embestida me penetra,
— Di mi nombre— susurrándome en el oído, a la par de embestidas repetitivas
Guardo silencio y trato de no caer en su juego.
—DI MI NOMBRE, HIROMI!!— jala mi cabello para mirarme pero mis ojos se humedecen, antes estuviera más que excitada pero no puedo, no quiero esto
Se mueve enérgico el lavabo, creo que está por terminar…
Me trato de quitar, no quiero que lo haga dentro de mi.
El me impide quitarme y me sostiene con fuerza, en 2 embestidas más ,logra su cometido….
Siento como sale de mi, una sonrisa de satisfacción llena su rostro, acomoda su cabello que se había despeinado, yo solo me acomodaba la ropa en el pequeño espacio en el que estaba parada, no quería ni voltear a mirarlo.
— Más vale que pongas de tu parte para la próxima— sentándose sobre el inodoro me mira de arriba abajo
— Terminaste dentro de mi, ni siquiera te cuidaste— meto mis manos temblorosas al agua fría del lavabo
— Por supuesto que no, serás mi esposa, eres mi mujer y serás la madre de mi heredero y entre más pronto quedes embarazada mejor, no querrás que tú padre se muera sin conocer a sus nietos— cierra la puerta con fuerza.