Logro abrir los ojos, veo a mi alrededor y estoy sola en la habitación.
Siento el ambiente hostil.
Intento sentarme pero siento un ardor en mi espalda…
Abro los ojos con susto— No de nuevo, por favor no…— deslizo mi mano para sentirme, veo mis dedos impregnados de sangre…
— Qué me sucede, porque tengo que pasar por esto??!— me limpio con la ropa de cama y camino hacia el baño, mis ojos brillaban, sentía demasiado la energía de mi alrededor…
Escucho la puerta abrirse
— ¿Qué haces aquí?—
— ¿Porque lo hiciste?— me preguntaba él, de manera sombría miraba algo distinto en él
— Hacer qué? Cómo llegaste hasta aquí?!—insistí en preguntarle al verlo sin su característico humor lleno de sarcasmo
— Gojo responde qué ocurre?— todo a mi alrededor se hacía oscuro, su mirada era de coraje y una inmensa tristeza
— No hiciste nada, dejaste que muriera simplemente— me decía y yo no entendía que estaba ocurriendo
— ¿¡ Quién murió Satoru?!! Mi padre! MURIO MI PAPÁ?!!— me exalte e intento acercarme a él pero algo me lo impide, escucho una y otras vez las voces de los alumnos de Tokio, siento que voy a enloquecer
Cuando trato de tomarlo su mano desaparece y abro los ojos para darme cuenta que fue un sueño….
Mi corazón está por estallar, tiemblo y estoy bañada en sudor…
Escucho abrirse la puerta y mi aliento se detiene.
—Gatita estás despierta— entra como si nada hubiera pasado, su rostro finge ser amable de nuevo
— Como puedes hablarme con esa hipocresía después de haberme drogado—
— No utilizaría esa palabra , después de todo siempre las has tomado, te ayudan en momentos de crisis así que lo hice por tu bien— se sienta lento a mi lado,
—Las había dejado, no las necesitaba ya—
—Eso quieres creer pero con lo que pasó por la mañana, estoy seguro que las necesitas— sonríe a medias e intenta acariciar mi rostro pero me alejo
— Quisiera pedirte que me acompañes a cenar junto a mis hijas, así que arréglate—
— No quiero estar aquí Geto, tengo que volver…— sentía su energía, una combinación de odio y resentimiento, era la primera vez que notaba eso en él
—Por supuesto que volverás pero tú y yo nos casaremos lo antes posible, me perteneces — camina para acercarse de nuevo y mis lágrimas ruedan
—No mi amor, no llores, todo esto lo hago por ti, por nosotros, seremos tan felices Hiromi, pero las cosas se harán a mi manera a partir de ahora, entendido?— suspira y una sonrisa egocéntrica se marca en sus labios.
— Para esto volviste a mi vida entonces, mi padre siempre tuvo razón en pensar así de ti?— le reclamo
—NO, YO TE AMO!!, pero tú no lo ves asi porque estás muy afectada por todo,tu poder ,tu padre, así que yo me encargaré de que te des cuenta que yo de verdad te quiero— eso último me lo dijo antes de salir de mi vista dejándome echa pedazos …
Entra como si nada su asistente, me ayuda a bañarme y cambiarme. Aún siento debilidad en las piernas y tengo sus dedos marcados en mis brazos, escogió un elegante vestido rojo pero mi humor no está para cenas…
Al terminar, salgo para encontrarme con su grupo de guardaespaldas, caminan junto a mi para llevarme a una sala que no había visto, escucho voces a lo lejos.
—Pero mira quién está aquí!!— clavo mi mirada en él, vistiendo un traje azul marino y su camisa rojo sangre que combina con mi vestido.
Levanta su copa y sonríe ante mi, junto con el está un grupo de hombres que no conozco y las pequeñas vienen hacia donde estoy a abrazarme y darme una flor
—Te volviste a sentir mal Hiromi?— me preguntan y siento un nudo en la garganta pero finjo sonreír
—Amor ven te presentaré…— me toma de la cintura y jala para que camine a su lado, también para disimular que no me puedo mantener de pie.
— Aquí la tienen, la hermosa Hiromi Diatsu, heredera de una de las sacerdotisas con más reconocimiento en esta Era— sonríe orgulloso, besa mi mano y disimulo mi malestar
—Le felicito Geto- san es maravillosa, le deseo lo mejor en su matrimonio señorita — se reverencia ante mi y yo sonrío a medias
Así pasamos uno a uno con esos hombres hasta que después de un rato, invita a hacer un brindis…
—Todos aquí tienen la dicha de compartir conmigo y mi hermosa prometida, nuestra fiesta de compromiso — sonríe y me mira fijamente…
—Pero esto no sería una fiesta de compromiso sin lo más importante— hace una seña a uno de sus escoltas, su asistente me lleva al lado de él
Toma mis manos y se hinca frente a mi ante todos los presentes, las pequeñas sonríen emocionadas…
Me mira directo a los ojos y yo me quiebro al verlo, no puedo con todo esto….
—No mi amor no llores, se que es algo que hemos estado esperando por años , pero por fin estaremos juntos, pase lo que pasé— saca la pequeña caja de terciopelo que le había entregado su guardia
— Nada ni nadie se interpondrá está vez Hiromi, lo prometo— desliza por mi dedo aquel anillo en oro blanco, pequeñas piedras negras rodeaban la majestuosa piedra blanca que yacia en él,rompo en llanto frente a todos y él se levanta a abrazarme —Discúlpenla está muy emocionada, bueno estamos los dos— me abraza con fuerza y me besa.
Se disculpa con todos y dice que me acompañara a tomar aire al jardín.
Saliendo sentí el aire fresco algo frío en mis mejillas y lo sentí tan reconfortante… Soltaba pequeños suspiros y el guardaba silencio.
—Hiro no quiero que pienses que no me importas, yo más que nadie entiendo por todo lo que has tenido que vivir toda tu vida, médicos, escuelas, hospitales…— escucho que prende un cigarro y suspira
—Nadie va a entender cómo te sientes, solo yo—
Cierro los ojos mientras respiro profundo, siento las vibraciones de la tierra, el agua y escucho como sopla el viento.
— Se que tú sabes cómo ha sido mi vida, pero eso fue hace mucho, incluso yo misma me desconozco—
—Entonces déjame estar a tu lado y conocerte de nuevo— me abraza por detrás,
—Pasado mañana regresamos a Tokio, pero quiero pedirte una cosa—
—¿cuál?—
—Quiero que renuncies a tu estadía en el colegio de hechicería—
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