Fui buscando a las niñas y caminamos juntas hacia el comedor.
Había muchas flores adornando la mesa, olía realmente delicioso.
—Ven Hiromi, siéntate aquí— me jalaba la pequeña hacia la silla a un lado de la de su padre
— Mimiko deja, ella puede hacerlo sola— le reclamaba su hermana por ponerme la servilleta en las piernas
La niña sonrió traviesa y se fue a sentar junto a su hermana.
En ese momento venía él, vestido como siempre de traje y con su delicada fragancia.
— Qué hermosa mesa, adornada por la belleza de tres señoritas— se sienta lento y sonríe al decirnos eso,
—Papi Geto,¿ ya te sientes bien? Te quitaste el vendaje—
—Un poco princesa, solo me lo quité para la cena pero no se preocupen, me siento mejor— me toma la mano y la besa tiernamente
Me ruborizo ese gesto y el lo notó.
Traen la cena y todo fue tan exquisito, él no dejaba de mirarme, solo volteaba de vez en cuando a mirar a sus pequeñas y regalarles una sonrisa amable...
Me estaba llegando a poner nerviosa, después de la cena pidió que trajeran el postre
Miro fijamente el plato donde se encontraba aquel pastelillo de fresas…
—¿Quieres que te sirvan otra cosa? disculpa— me mira al tratar de quitarme el plato
— No, está bien— le sonrio y tomo un pedazo, es tan suave que se derrite en la boca
Terminamos y las niñas le piden permiso para jugar un rato en el jardín, el me pide que los acompañe…
Salimos y es un amplio jardín, rodeando el lugar hay miles de flores y árboles que siento como vibran, es como si me saludaran con su hermosa energía
—¿Estás bien?— escucho su voz a mi lado,
— Si, lo estoy— deslizo suave los dedos por las hojas de uno de los árboles
— Sabía que te haría bien estar aquí gatita— volteo a mirarlo y no puedo evitar ponerme nerviosa
— No te fuerces demasiado, si ya te cicatrizó es buena señal entonces — le digo al preguntarle por su brazo
—Yo confío demasiado en ti, así espero que tú lo hagas ¿ No te he demostrado que puedes confiar en mi?— me pregunta al brindarme su mano para sentarnos en una banca
— Debo de reconocer que mi padre fue el que más daño te hizo al separarnos, pero eso no quita tu culpabilidad sobre lo otro—
Él con un semblante serio mira como juegan las niñas con unas luciérnagas…
— Si en ese entonces eso no hubiera sucedido, te hubiera pedido que me acompañarás a esa aldea—
—Yo no podría haber hecho lo que tú hiciste — le miro
— Creo que una de las cosas que más amo de ti es que defiendes a los inocentes de las injusticias, si es así entonces no tengo duda de que hubieras hecho lo mismo que yo—
Pone su mano sobre la mía ,algo fría por lo fresco del lugar...
Le sigo mirando y el hace lo mismo, un escalofrío me recorre completamente
—Fueran nuestras y tuviéramos la familia que siempre quisimos Hiromi— sus ojos brillan, percibo al mismo hombre del cuál me enamoré hace años, aquí frente a mi
Me quedo sin habla, disimulo mirando a las niñas que corren de un lado a otro
— No dirás nada ¿acaso te puse nerviosa?—
—No solo… estoy cansada y está refrescando — me sobo los hombros pues ciertamente ya hacía frío por las noches
Escucho su risa y siento como se quita su saco para ponerlo en mi espalda...
— Es mejor que entremos no quiero que las niñas vayan a resfriarse— intenta levantarse, le brindo mi brazo para caminar juntos hacia dentro, las pequeñas entran detrás de nosotros algo molestas pues querían seguir jugando.
—Vayan a descansar, en un momento voy a darles las buenas noches princesas— besa la coronilla de ambas y las niñas tomadas de la mano se van dejándonos solos.
Justo cuando me iba despedir para ir a mi habitación, me interrumpe
—¿Te molestaría acompañarme un rato más?— entrecierra sus ojos con un gesto amigable
—¿No quisieras recostarte?—
—Me siento bien, no tienes porque preocuparte Hiromi— mira hacia su asistente que venía con una bandeja y dos copas servidas,
Él le agradece, me da una y observo la espumosa bebida que tenía un embriagante olor dulce
— No quisiera beber y tú tampoco deberías hacerlo— le hago el intento de regresarla
— Hiromi 1 copa no nos hará daño, además si te vas en unos días ,porque no relajarte un poco antes de volver al colegio— levanta su copa y me sonríe
Veo como bailan las burbujas en el filo de la copa, realmente se ve delicioso…
— Es una simple copa de vino frutal, gatita— se empina su copa frente a mi,
— Si, huele muy rico— tomo un poco para saborearlo y al sentirlo tan dulce lo tomo con rapidez.
— Es tan suave, pensé que por el aroma estaría muy dulce pero no fue…—
Siento algo en mi pecho, lo que casi me hace tirar la copa...
—¿Estás bien?— me toma de las manos y comienza a tomarme del rostro, siento sus manos frías a contrario de lo tibias que siento mis mejillas
—Si yo... estoy bien creo que estuvo algo fuerte la copa, quizás estoy cansada—
Él me sonríe y se ofrece a llevarme a mi recámara.
Debo de estar muy agotada porque siento que mis piernas no me coordinan, no entiendo porque me siento así…
— Bien ,¿quieres que te ayude en algo más?— me sienta en la orilla de la cama y se pone en cuclillas frente a mi,
— No yo…— le miro con atención cada rasgo de su rostro, ¿siempre fue así de perfecto o es todo lo que ha pasado lo que me hace verlo de diferente manera?...
— ¿Pasa algo?— me acaricia la mandíbula, desliza sus dedos jugando con mi cabello pero no quita sus ojos sobre mi
Porque me siento así, tan necesario lo siento esto… mi corazón está latiendo tan rápido, tengo calor y este cuarto se hace tan chico pero la cama tan amplia, no debería…
Es solo un silencio entre nosotros, no dejamos de mirarnos pero puedo escuchar que sus latidos están igual de acelerados que los míos…
—Suguro…—
— Que ocurre gatita,¿te sientes mal?— me toma del rostro acortando la distancia entre el y yo
— No me siento... solo necesito — mis labios comienzan a temblar como cada parte de mi cuerpo, es un escalofrío acompañado de ansías
— ¿ A mí?— me sonrie con seguridad y yo igual sonrío al ruborizarme
—Dímelo— me dijo,
—¿Que cosa?—
— Dime qué me necesitas...— se agita suavemente, tomando mis manos y entrelazando sus dedos con los mío, parecía que ansiaba que le dijera eso
— Si, te necesito a ti…—
Sus labios no dudaron un segundo en besar los míos, de dulces se comenzaron a sentir con más desesperación, el delicadamente se subió sobre mi, no dejaba de besarme como si fuera lo que más deseaba hacer, en realidad lo sentía tan bien…
Se abrió paso entre mis piernas y yo me deshice uno a uno de sus botones,
Deshizo sin problema el lazo de mi cuello que sostenía el vestido, yo mordía con ansias sus labios, recordaba todas las veces que fui suya,
Su largo cabello me acaricia el rostro mientras el sigue besándome, tiro lejos su camisa y el me toma de las piernas alzándome el vestido, lo poco que cubría mi cuerpo lo arranco en su desesperación
— No sabes cuánto ansiaba hacerte mia...— junto a su respiración y gruñidos, su lengua jugaba en el fondo de mi garganta
Sus manos temblorosas de la excitación me pegan a él y logro sentir algo familiar en mi entrepierna…
— No solo tú estás ansioso— me burlo mientras dirijo mi mano hacia su miembro que sobresale de su pantalón
— Por más que he intentado todos estos años calmar mis ganas de ti yo solo...no pude—
Me dirán loca pero que me dijera eso me excito mucho más, siempre he sido temperamental pero lo que siento en este momento es demasiado, quizás si, aún lo amo y no dejaré que mi padre ni nadie me separen de él de nuevo.
Nuestras respiraciones comenzaban a entrelazarse. El ambiente estaba cargado de una electricidad que no necesitaba palabras, solo el entendimiento mutuo de lo que estaba por suceder.
Poco a poco subían más las ganas de que estuviera dentro de mi, acariciaba suavemente por encima del pantalón y el enloquecía…
Sentía sus dedos recorrer mis muslos , bajaba su boca hacia mi cuello y yo gemía de solo imaginar que tocaría mi punto sensible.
Tomándome del cabello para tener más espacio de lamer mi cuello, me saboreaba con paciencia pero yo no podía seguir resistiéndome, me intento poner sobre él pero me siento débil del cuerpo, así que me toma de la cintura y toma mi lugar en la cama
Al pararme logran caer los pedazos de tela que quedaban, dejándome totalmente desnuda ante él
Sus ojos penetraban los míos, su mirada desbordaba lujuria, aquí estábamos como tantas veces ,yo dispuesta a complacerlo y el dispuesto a hacerme suya.
Me hace montarlo y comienza lamiendo uno a unos mis pechos, cada pequeña mordida me hacía estremecer y él lo disfrutaba
— Una sola noche no me bastará para calmar mis ganas... todo el tiempo que perdimos lo quiero recuperar — hablaba entrecortado mientras dejaba pequeños besos en mi cuello,
—Necesito que me digas que esto no será una noche, necesito que seas mía solamente Hiromi— me hizo mirarlo
—Cásate conmigo— me mira esperando una respuesta, con todo lo que siento en este momento, me dejo llevar…
— Si me casaré contigo, Suguru— me abraza entusiasmado y comienza a besarme cálidamente los labios, me recuesta y besa cada parte de mi cuerpo,muerde lento pero con suficiente fuerza mis muslos y continua hasta mis pliegues, los cuales devora sin dejarme contener la cordura.
Siento un ligero hormigueo en el centro de mi vientre pero él para, escucho como se deshace de su pantalón, después de tantos años no recordaba lo grande que era, justo por eso me deba miedo mi primera vez pero como en ese entonces, está vez también fue dulce y muy atento para no lastimarme.
Me arde al sentir como va deslizándose,me llena por completo de él.
Disimulo sus embestidas con ligeros gemidos…
— ¿Qué pasa?, ¿no te gusta?— me pregunta bajando un poco el ritmo de su cadera
— ¿Qué?! Claro que si, de qué hablas?— me aferro a la sábana
— ¿Te estás reprimiendo?— se escuchaba agitado,
— Un poco…— mis labios tiemblan para no soltar un quejido
— No lo hagas— me toma del rostro con fuerza y acelera su vaivén
— SUGURO!!— grito
El sonríe satisfecho, pero eso no era todo lo que quería de mi…
—Ven acá— me toma de la cadera, levantandome me lleva a un pequeño sofá que se encontraba ahí, toma asiento y me monta sobre él
— Gatita, lista?— su rostro es tan imponente teniéndolo de frente, con su mano toma mi cabello y con la otra se aferra a mi
Entiendo lo que quiere, me muevo lento dando giros sobre su miembro, el gruñe y suspira, me deja llevar el control…
Me sostengo de sus hombros, voy acelerando mi movimiento y el se estremece, le acaricio con el filo de mis uñas la espalda, sé que le encanta…
Suelta mi cabello, toma con fuerza mis glúteos marcando sus dedos en ellos, nalguea para castigarme y eso me encanta.
Estoy por terminar, él lo sabe mis mejillas están demasiado rojas, me toma con fuerza de la cadera para subir y bajar sobre él ... Agita su respiración, un quejido tembloroso interrumpo de sus labios al besarle, siento como bajan mis fluidos empapando sus muslos y dejándome sin fuerzas.
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