Confrontación

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-Shura quítate sino quieres que te congele.

-Vamos Camus soy libre, por fin deje a Aioria y tú aún no formalizas con Milo, podemos seguir con lo que dejamos hace tiempo.

-Shura eso fue hace bastante tiempo, las cosas han cambiado y Milo ahora es lo más importante para mi.

-Ja y ¿quieres que te crea? eso no fue lo que pensaste la otra noche cuando ellos salieron de juerga y tu y yo nos quedamos jugando.

-Eso solo fue un desliz, nada serio ni importante.

-Y crees que si le digo a Milo ¿te va a creer?

Esto asustó al acuariano-Shura no te atreverías-le dijo con una mirada fría.

-Claro que sí, así que acepta salir conmigo o tú escorpión se va a enterar de tus partes más sensibles.

-No será necesario Shura -Aguja escarlata.

-Mi-Milo -apenas alcanzó a susurrar.

-¡Esto no es lo que piensas! -se acercó hacia el Escorpión para intentar abrazarlo.

-No digas nada Camus, bien dice Shura no somos nada y no me merezco explicaciones.

-Milo...

Shura que estaba en el suelo solo levantó la cara para recibir un par de puñetazos por parte del escorpio.

-Eres un maldito cobarde, como te atreviste a dañar de esa forma a Aioria y dejarlo sabiendo que espera un hijo tuyo y aún tener el descaro de venir aquí y querer obligar a Camus a salir contigo por un desliz, debí imaginarlo ustedes se entendían y yo solo fui un maldito juguete y tú burla no es así Acuario.

-Milo no, ¡así no son las cosas!

-Como te atreves a decirme eso, si lo que este maldito desgraciado dijo pasó apenas hace una semana, se supone que ya estabas saliendo conmigo, pero claro como para ti mis sentimientos tan poco valen no les tomaste importancia ¿o si?

-No, te juro que así no son las cosas.

-Por ahora no quiero escucharte más Camus... y tú maldito no te vuelvas a acercar a Aioria, Aioros y yo nos encargaremos de cuidar a ese pequeño ser inocente, que no tiene la culpa de que un imbecil como tú lo haya engendrado.

Dicho esto el escorpio salió del onceavo templo dejando a ambos caballeros preocupados.

Al llegar a sagitario busco al guardián de este, pero no se encontraba, pudo sentir su cosmo en Géminis así que se dirigía hacia allá, pero no pudo evitar llorar antes de llegar a su destino, le había dolido que Camus hubiera estado con Shura, si bien tenía razón el capricornio no habían formalizado, el creyo que ya tenían una relación, él se había encargado de respetar al acuariano en todos los sentidos, solo era cuestión de una simple pregunta y una respuesta afirmativa, que no había llegado, pero la relación estaba ahí, aunque no tuviera un nombre como tal.

Maldijo su suerte y siguió su camino.

Al llegar a Géminis fue recibido por un sonriente Kanon quien de inmediato notó que el brillo y alegría característica del escorpión al parecer se había ido de vacaciones.

-Bicho que te pasa ¿porque esa cara y mirada triste?

-Esta Aioros aquí necesito hablar con él.

-Acaba de salir con Saga pero dime ¿qué pasa?

-No tengo ganas de hablar Kanon debo encontrar a Aioros de prisa.

-Bicho sabes que puedes contar conmigo para lo que sea.

-Por ahora solo puedo pedirte que cuides a Aioria acaba de terminar su relación con Shura y se encuentra muy mal, no quiero que nada malo le pase por favor cuídalo te lo ruego, iré de prisa a buscar al centauro.

Kanon al escuchar al bicho se preocupó, pero también alegró, ya que desde hace tiempo había comenzado a sentir algo por el pequeño leoncito, pero cómo este estaba con Shura no se atrevió a confesarse.

-Ve con cuidado bicho, yo me encargaré de cuidar al leoncito.

Milo asintió y siguió su camino, corrió a la velocidad de la luz y los encontró sentados en el parque comiendo un helado.

-Aioros, Saga, disculpen que los moleste, pero Aioria te necesita es urgente.

El centauro de inmediato se puso de pie y corrió junto a Milo y Saga de vuelta al santuario, una vez en el quinto templo, Milo procedió a contar todo lo sucedido, tanto Saga como Aioros y Kanon querían golpear a Shura y se disponían a ir a encararlo, pero el minino despertó y lo primero que hizo fue abrazarse a su hermano mientras lloraba desgarradoramente.

-Tranquilo mi pequeño león, no estás solo, me tienes a mi y a Milo para ayudarte en todo, ese bebé será sumamente amado no te faltará nada ni a él y no necesitas de ese hombre, por favor ya no llores o ese bebé sufrirá contigo.

El sentir la seguridad y protección de su hermano y amigos lo hizo sentirse mejor.

-Pero eso si Aioria, de unos buenos golpes de mi parte no se salva-hablo de nuevo el centauro.

-Ni tampoco de la nuestra-hablaron los gemelos.

-Déjenlo así no vale la pena, su apoyo y cariño es más que suficiente, aún así pediré a Athena que me deje ir en lo que nace mi hijo.

-Pero hermanito, necesitas cuidados, ¡no puedes irte!

-Hermano entiéndeme, no quiero verlo, menos estar cerca de él.

-Si me lo permiten, yo partiré en un par de días hacia el reino de Poseidon, puedo llevarlo conmigo y cuidarlo en lo que eso pasa, no tengo inconveniente y no creo que mi señor lo tenga tampoco.

-Si me lo permiten, yo partiré en un par de días hacia el reino de Poseidon, puedo llevarlo conmigo y cuidarlo en lo que eso pasa, no tengo inconveniente y no creo que mi señor lo tenga tampoco

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