Bajo las estrellas

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El Patriarca Shion los dejó en la cima de Star Hill

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El Patriarca Shion los dejó en la cima de Star Hill.

Se acercó a Milo para susurrarle-los dejó aquí, no hagan cosas indebidas, en cuanto terminen la cena y hagas la propuesta, me llamas vía Cosmo para llevarlos a la celebración del compromiso en escorpio.

-Gracias patriarca agradezca también a nuestra diosa.

El griego pudo ver una cena finamente preparada, además de que el lugar lucía de lo más lindo, había una mesa con tres sillas y la comida ya estaba servida, también había un pequeño reproductor.
Milo por fin despertó al francés dándole un pequeño beso en los labios, el cual de inmediato quiso quitarse la venda.
-Aún no es momento mi pequeño copo de nieve-lo bajo de como lo tenia cargado y lo llevo junto a su juez- esperen aquí un momento.

Milo se acercó al reproductor y puso una canción

Después fue hacia sus amados.

-Bien, está es mi sorpresa para ustedes, les quitaré la venda y a la cuenta de tres abrirán los ojos.
Uno, dos, tres...

Los acompañantes del caballero de escorpio quedaron atónitos al ver dicha escena, la música, la cena, el ambiente romántico, el cielo estrellado y su escorpión vestido con el mismo traje negro con el que se "casó" con  Radamathys.

-Milo, ¿estamos en Star Hill?-pregunto el galo con gran emoción.

-Así es, pedí autorización para traerlos a cenar aquí, además hoy hay una lluvia de estrellas y que mejor que ver un espectáculo así, acompañado de los únicos dos hombres que amo en el mundo.

-¿Dijiste dos hombres?

El griego señaló aún lado del francés, quien abrió aún más sus ojos al ver de pie junto a él al juez del inframundo, con su cuerpo y alma propias.

-Milo ¿cómo fue esto posible?

-Tranquilo Camus, es temporal, mi juez regresará su alma a tu cuerpo después de esta noche, los dioses me favorecieron con esto y no pienso desaprovechar mi tiempo con ustedes dos. Ahora por favor cenemos para poder contemplar después la lluvia de estrellas y continuar con una linda velada.

Se acercó a sus dos amantes y los tomó de la mano guiándolos a sus lugares en la mesa.
El dragón y el copo de nieve tomaron su lugar y Milo fue quien se encargó de atenderlos.

Después de servirles se sentó junto a ellos y comenzaron a comer tranquilamente, el momento era un tanto raro, compartir su cuerpo era una cosa, pero tenerlo a un lado de forma física sabiendo que compartían el mismo amor por el escorpión, si que era diferente, aún así la cena fue agradable, platicaron y el galo le contó varias anécdotas del escorpión y sus travesuras cuando eran pequeños, provocando que el griego se sonrojará y le reprochara sus historias.
Terminando la cena, Milo puso más música y tomó a sus dos amores para bailar con ellos, haciéndoles reír por sus ocurrencias en el baile, para poder hacerlo con ambos al mismo tiempo.

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