Planes

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Todo había terminado, Camus se encontraba sentado a lado del cuerpo de su amigo de la infancia.

-Camus ¿estás bien? -Mu se acercó al galo- toma entrégale la daga a Athena por favor ¿donde está Milo? Él está en la fuente estamos esperando que despierte para iniciar el funeral de Radamanthys.
Un silencio se hizo presente... eso quiere decir que si murió -el ariano solo asintió- Milo debe estar destrozado- así es, casi muere también, de no ser por Aioria y Athena que curaron sus heridas ya estaría haciéndole compañía.

-Camus -está vez fue Shaka el que habló- debemos revisarte también estás herido.

-No se preocupen por mí, mis heridas físicas no son tan grandes como las emocionales, Milo dijo que no quiere volver a verme y mi amigo de la infancia esta muerto... disculpen pero quiero estar un momento solo.

-No creo que eso sea lo mejor-dijo el gemelo menor- Milo esta despertando y necesitará de todo nuestro apoyo en este momento- ¿acaso no oíste qué no me quiere cerca?- grito con dolor el mago del agua- el me odia y me culpa de lo sucedido, no debí dejar que Radamanthys viniera solo y herido, tal vez si soy culpable.

-No es tu culpa Camus, vamos- Shura lo tomo de la
cintura y lo comenzó a llevar hacia la fuente- una vez ahí se encontró con Milo quien de inmediato desvió la mirada.

-Milo no debiste levantarte debes descansar -dijo el capricornio con preocupación- dejare a Camus para que lo revisen y volveré contigo.

-Te lo agradezco Shura pero no quiero ver, ni estar con nadie- los demás caballeros llegaban en ese momento- ¿donde estaban todos ustedes que no ayudaron a mi dragón? Se supone que son mis amigos y cuando más los necesite no estaban, no quiero ver a nadie, solo déjenme en paz y no quiero que estén presentes en el funeral de mi dragón, pediré a Hades que no lo llevemos y me dé su lugar como juez en el inframundo, porque no quiero volver a ver a ninguno de ustedes.

Salió a toda velocidad para llevarse el cuerpo de su dragón y unos segundos después estaba frente al
dios del inframundo.
-Dios Hades quiero pedirle autorización para que puedan llevarse en este lugar los funerales de mi dragón negro, a puerta cerrada de ser posible, además quiero hacer de su conocimiento el tomar el lugar de mi amado como juez del inframundo.

Esto tomó por sorpresa al dios -de verdad me halaga tu petición y estoy seguro de que desempeñarías muy bien su trabajo, sin embargo debo rechazar tu oferta hasta que no estés bien seguro de que eso es lo
que quieres, tu odio, dolor y tristeza son los que hablan en este momento, además primero debes hablarlo con Athena y obtener su permiso, pasarás tres meses en la tierra y si después de eso aún quieres tomar el lugar de Radamanthys entonces hablaré con mi sobrina para que así sea.
Respecto a tu petición de hacer aquí el funeral estoy de acuerdo, no dejaré que nadie mas que yo los jueces y tú estemos presentes, mandaré el aviso a mi sobrina, puedes permanecer aquí una semana y después deberás volver a las tierra y completar los tres meses de lo ya hablado.

El escorpion asintió y ahora si comenzaron los preparativos del juez.

Todo fue llevado de manera solemne uno a uno el Dios y los jueces dieron unas palabras a su dragón para después encerrarlo en un hermoso ataud negro con un dragón grabado en el.

El dios y lo jueces le dieron su pésame a Milo y se retiraron dejando al escorpión y dragón solos.

-Amor de mi vida, mi hermoso dragón negro con ojos de sol, extraño tanto ver su brillo y tu hermosa sonrisa, haré lo posible por quedarme  aquí para venir a verte todos los días y hacerte compañía aunque siéndote sincero quisiera estar contigo en  la muerte, así no sentiría el dolor de tu abandono, no me atacaría la cruel nostalgia haciéndome llorar por extrañarte, te juro que si no me resuelven nada yo mismo buscaré la muerte para alcanzarte.

Toma de decisiones Donde viven las historias. Descúbrelo ahora