Toma de decisiones

Buenas noticias

A la mañana siguiente el sol entraba por las ventanas del templo de escorpio, el dueño de tal recinto despertaba con los primeros rayos de sol, junto a él yacía su amado copo de nieve, lo abrazo con fuerza logrando que este despertara.

-Buenos días amor de mi vida, ¿cómo amaneciste además de sumamente sexy?- el griego sonrió al escuchar semejantes declaraciones.

-No más sexy que usted joven esposo de escorpio, eres tan perfectamente hermoso, que no hay palabras en este mundo que puedan describir tu belleza y lo que me haces sentir, un te amo es vacío si realmente me pongo a pensar en la intensidad de mis emociones por ti- se acerco para besarlo- no tienes ni idea de lo que significas en mi vida Camus lo que significan más bien, porque también amo con gran intensidad a mi dragón negro.

Se besaron con mucho amor, las caricias no se hicieron esperar- ¿me quisieras hacer compañía en el baño mi amor? ¡creo que necesito un poco de ayuda!
El francés sonrió mientras entre besos se dirigían a ese lugar.
Una vez ahí volvieron a dar rienda suelta a su pasión el agua mojaba sus cuerpos en la bañera, mientras el
Copo de nieve cabalgaba con gran ímpetu sobre su semental griego.

-Oh mi amado Camus que bien te mueves, mmm ¡me vuelves loco con tus movimientos!

Camus solo se mordió el labio, pues no quería perder la concentración hablando, unos sentones más en el aguijón de su escorpión y ambos dejaron escapar su esencia y veneno en el otro.

-Ah Camus que buena forma de iniciar el día.

Desayunarían con calma y comenzarían la mudanza pasarían unos días en escorpio y otros en acuario.
La vida era buena, los dioses por fin les sonreían todo era paz y tranquilidad hasta dos meses después.

Era el turno del juez de estar con el Escorpión.

-Mi amado dragón te he preparado un desayuno espectacular, además Shaka me obsequió un té bastante bueno, espero que sea de tu agrado.

-Gracias mi amor desayunaré antes de que deba cambiar lugar con Camus- apenas dio un sorbo a la taza de té, el dragón negro sintió náuseas y de inmediato corrió al baño, seguido de Milo para ver qué sucedía con su amado.

-Mi dragón ¿estás bien? -Lo tomó por los hombros y acomodó su cabello- ¿no te gustó el té? Perdón amor si no fue de tu agrado.

-No te preocupes mi manzanita azul, no sé, solo me dieron nauseas de pronto, será mejor que deje salir a Camus, te amo nos vemos en dos días- besó a su escorpión, cerró sus ojos y el francés apareció ante los ojos de Milo.

-Ma pomme bien-aimée, (mi amada manzana) ¿que sucedió? Debía quedarse hasta el medio día.

-No lo sé solo se sintió mal y vomito, después me dijo que quería descansar y se fue. Pero no te preocupes hablaré después con él.

-Bueno entonces desayunemos.

-Si mi amor solo que no prepararé algo para ti, hice mi comida favorita pero sé que no te gustara, porque prefieres algo más ligero y menos dulce- aún no terminaba de hablar cuando vio que Camus devoraba una rebanada de Pay de manzana que era exclusivo de Milo, además de que bebió de su chocolate.
-Camus ¿acaso estás comiendo cosas dulces?

-Si Milo, lo siento, es que lo vi y se me antojó demasiado, sé que es tu postre favorito, y ya me lo acabe lo peor es que aún quiero algo más, ¿no tienes alguna botana o galletas?

-¿Quien eres y que hiciste con Camus? ¡el jamas come comida chatarra!

-Me estás diciendo farsante- Camus hizo un puchero bastante tierno y después comenzó a llorar- ¡tú ya no me quieres!- Se levantó de la mesa y corrió a encerrarse a la habitación.