Primera vez

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El escorpión se abalanzó sobre su juez besándolo con pasión y sin medida.

El juez como podía respiraba-ah Milo ¿que te pasa? dioses porque me besas así.

-Eso es simple, aún nos debemos nuestra noche de bodas y yo te amo, te extrañé demasiado y ahora compartiré mi vida contigo y con Camus, con él ya tuve mi primera vez y ahora quiero una contigo- el Escorpión volvió a besarlo sin tregua recorriendo su cuerpo-ahora quiero que comas esto, le extendió un pequeño fruto que fue otorgado por el mismo Zeus, para poder separar su alma del cuerpo de Camus y en cuanto estas se separaron, el cuerpo del juez se materializó.

Milo tomó el cuerpo de Camus quien permanecía en un profundo sueño y lo recostó en la cama, después vio cómo su juez en cuerpo y alma se encontraba frente a él.

-Radamanthys mi amado esposo, no sabes cómo te extrañe y volvió a atacarlo con besos y caricias llenas de pasión y lujuria.

El juez solo se dejaba llevar por las caricias y besos, soltando ligeros suspiros y uno que otro gemido.

-Milo ¿no crees que no es correcto hacer esto con el aquí?

-Tranquilo amor esta dormido, pero a su debido momento lo haremos partícipe de esto, por ahora quiero disfrutarte a ti, hacerte mío como siempre quise hacerlo, como tanto lo soñé e imaginé antes de nuestra boda.

Los besos volvieron a robarle la calma al juez quien se deshacía entre caricias y finos toques por todo su cuerpo.

-Oh Milo ya quiero sentir tu Antares dentro de mi, ah qué bien se siente esto, tus labios recorriendo mi cuello es maravillosa la sensación.

-Y aún te falta disfrutar más mi amor.

El griego comenzó a desabrochar la camisa de su dragón negro, besando cada espacio de su cuerpo desnudo, de sus labios a su cuello y de su cuello a su vientre, deteniéndose en su ombligo y succionado cerca de ahí, poco a poco las marcas de sus labios y dientes iban quedando tatuadas en la piel de su juez.

-Ah Milo, estás seguro de esto Camus se va a sentir mal por esta situación.

-Rada tú mismo le dijiste que él en algún momento volvería a ser mío, así como tú, no creo que le moleste mucho si nos ponemos a pensar que tú jamás tuviste algo que ver conmigo, quiero que estén en iguales condiciones, pero si no quieres no hay problema, sabes que respeto a tus decisiones, el griego lo abrazo.

-No es que no quiera estar contigo, dioses lo deseo, pero siento que le estaría fallando- el juez agacho la mirada, de pronto una pequeña luz resplandeció acercándose a su cabeza.

-"Recuerdas lo que me dijiste, que me dejara de niñerías, pues ahora soy yo quien te lo dice a ti, yo me sentí mal al decirte que Milo y yo ya habíamos tenido nuestra primera vez y créeme que de verdad desee que tú tuvieras esa oportunidad, suena feo, pero no me agrado que murieras virgen, si lo que te preocupa es cómo me sentiré yo, yo estoy bien y me haría feliz saber que tú también tuviste tu momento a solas con él, porque de aquí en adelante todo ya va a ser compartido, así que aprovecha antes de que cambie de opinión, además hasta se tomó la molestia de que lo experimentaras con tu cuerpo su esfuerzo algo debe valer ¿no?"

-"¿Estás seguro de lo que me estás diciendo?"

-"Ya dragón deja de hacerte del rogar, si bien que lo deseas, así que menos charla y más acción, porque créeme cuando te digo que si yo estuviera en tu lugar lo haría y ya después pensaría en las consecuencias"

-"¿Como me dices eso? Yo pensando en tus sentimientos y me sales con que ¡tú si lo harías!

-"Para comer y para hacer el amor solo se llama una vez y si tú no quieres, quítate porque yo si"

Toma de decisiones Donde viven las historias. Descúbrelo ahora