IV

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Briana se quedó dormida poco después de enviar ese mensaje. Al despertar, ya entrada la mañana del sábado, lo primero que hizo fue revisar su teléfono. Samantha ya había respondido. Con el corazón acelerado y una sonrisa que no podía ocultar, Briana pataleó de emoción antes de escribir su respuesta.

 Esperaba ansiosa una respuesta, su emoción por hablar con Samantha era palpable, aunque el sentimiento de culpa persistía

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Esperaba ansiosa una respuesta, su emoción por hablar con Samantha era palpable, aunque el sentimiento de culpa persistía. Quería entender si realmente le atraía Samy antes de abordar el tema con Osvaldo, ya que no quería lastimarlo. Lo amaba profundamente, pero solo como amiga.

De repente, una notificación la sacó de sus pensamientos. Sí, era Samy.

El corazón de Briana dolió

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El corazón de Briana dolió. No entendía por qué Samy había puesto una barrera sin siquiera conocerla. ¿Había sido demasiado directa? ¿Se habían notado sus intenciones? ¿Qué había hecho mal? No, no había hecho nada malo, pero ella no lo sabía. No sabía que Samy estaba en una lucha interna similar, lidiando con sentimientos que no quería sentir ni aceptar.

Samy miró su teléfono por mucho tiempo. ¿Había sido demasiado dura? ¿Demasiado directa y fría? Había escrito lo primero que se le ocurrió para cortar la cercanía que Briana intentaba construir. Se sentía mal, su corazón también dolía.

Samy sabía bien lo que había dicho, pero aun así revisaba su teléfono cada vez que podía, esperando un mensaje de Briana

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Samy sabía bien lo que había dicho, pero aun así revisaba su teléfono cada vez que podía, esperando un mensaje de Briana. Sin embargo, Briana la había dejado en leído desde el último mensaje que le envió. Samy estaba confundida, y tener a Briana cerca solo la confundía más.

Sus pensamientos la mantenían ocupada hasta que su amiga Ari apareció en su cuarto.

—Hola, hermosa, ¿por qué tan pensativa? —preguntó Ari mientras la saludaba con un beso en la cabeza y se sentaba a su lado en la cama.

—Estoy muy confundida —respondió Samy.

—Es sobre Briana, ¿cierto? —preguntó Ari, ya sabiendo la respuesta y notando el ánimo decaído de su amiga.

—No sé qué me pasa. Nunca había sentido esto. Mi corazón se siente mal, no sé qué siento, pero sé que no quiero sentirlo. Me atormentó toda la noche —dijo Samy, mostrando sus evidentes ojeras—. Osvaldo me odiaría si tan solo le planteara la idea de que su chica me hace dudar de lo que soy y de lo que siempre he sido. Te hice caso, Ari. Toda la noche pensé en lo que estaba sintiendo y, por un momento, Briana dejó de ser mi menor problema. Lloré, lloré toda la noche, negando la posibilidad de que me gustaran las chicas. Puedo aceptar no ser una chica femenina, lo oculté por años, pero no ser heterosexual... me aterra, Abril. Me aterra lo que dirán mis papás, lo que dirá Osvaldo. No quiero ni siquiera imaginarlo —Samy comenzó a llorar, incapaz de contener sus sentimientos, y Ari la abrazó, acariciando su cabello.

—Nada de lo que sientes es malo, mi vida. Tú no eliges lo que eres. Sé que es aterrador. Te he visto luchar con lo que eres y obligarte a ser algo que solo te hace más daño. Ellos te aman y estarán contigo, pase lo que pase. Osvaldo te ama con todo su ser, y entenderá lo que sientes. Sabrá que no es culpa tuya —las palabras de Ari siempre eran una cura para el corazón de Samy, por eso era su mejor amiga.

La puerta del cuarto se abrió de repente, asustando a las chicas. Osvaldo entró y vio a Samy llorando desconsoladamente. Rápidamente corrió hacia ella para abrazarla.
—¿Qué tienes, men? Oye, ¿por qué lloras? ¿Qué pasó, Rivis? —Rivis era un apodo que Osvaldo usaba con ella por su usuario en Twitch, la forma más cariñosa en la que le hablaba.

Samy se mantuvo en silencio, sin dejar de llorar, mientras su hermano la abrazaba. Tenía miedo, miedo de que su hermano no la aceptara, de que la despreciara si sabía que a ambos les gustaba la misma chica. Porque sí, Samy ya había aceptado que Briana había robado su corazón con solo decir su nombre, pero aún no estaba lista para aceptarlo en voz alta.




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Empieza la actualización de esta semana. Debo admitir que me identifiqué con el sufrimiento de Rivis en este capítulo. También reflejé en Ari lo que me hubiera gustado saber desde que descubrí quién era. Espero que les haya gustado y que voten por este capítulo.

Por último, un mensaje para quien esté en una situación similar:
Cambiar nunca es malo; siempre trae cosas mejores. Aunque puede ser aterrador, es necesario no reprimir lo que realmente eres. Todos somos diferentes y todos amamos de manera diferente. El miedo siempre existirá, pero tú decides si ese miedo te consume y te frena o te impulsa a ser tú mismo. Ama, vive y, sobre todo, siempre sé lo más feliz que puedas.

¡Hasta la próxima!

OCULTO [Rivers & I] 2DA TEMPORADA Donde viven las historias. Descúbrelo ahora