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Después de todo lo que habían hablado, Briana y Samantha permanecieron en el parque, dejando que el silencio las envolviera. Sentadas en un banco bajo la sombra de un gran roble, intercambiaban miradas furtivas mientras intentaban procesar todo lo que habían descubierto. De vez en cuando, una de ellas se disculpaba de nuevo, lamentando no haber buscado explicaciones antes y haberse dejado llevar por las mentiras de Angie.

—No puedo creer que dejáramos que esto sucediera —dijo Samantha en voz baja, rompiendo el silencio. Sus ojos se llenaron de lágrimas al recordar los momentos que compartieron, los besos furtivos, los abrazos cálidos, las risas compartidas en los días buenos y malos—. Lo teníamos todo, Bri. Eras mi felicidad.

Briana asintió, sintiendo un nudo en la garganta que le impedía hablar. Se tomó un momento para respirar profundamente, sintiendo el dolor en su pecho al pensar en todo lo que habían perdido.

—Lo siento tanto, Samantha. —Las palabras finalmente salieron de su boca, cargadas de culpa—. Si hubiera sabido desde el principio que Angie estaba enamorada de mí, si hubiera puesto límites, si no me hubiera dejado llevar por su apoyo... —Briana hizo una pausa, su voz temblando—. Nada de esto habría pasado. Aún estaríamos juntas, felices.

Samantha negó suavemente, acercándose un poco más. —No puedes culparte por eso, Briana. —Le tomó la mano, apretándola con ternura—. Eres una persona noble, con un corazón tan grande que nunca ves la maldad en los demás, especialmente en alguien que te decía que te amaba y te apoyaba. No podrías haber sabido lo que planeaba Angie.

Briana miró sus manos entrelazadas, sintiendo un calor reconfortante en el toque de Samantha. —Sigo amándote —confesó Briana con un susurro, temiendo mirar a Samantha a los ojos por miedo a romperse de nuevo—. A pesar de todo lo que pasó, mis sentimientos no han cambiado.

Samantha la miró, con lágrimas cayendo por sus mejillas. —Yo también te amo, Briana. Nunca dejé de hacerlo. —Tomó un respiro profundo, su voz llena de emoción—. Por eso te escribía esos mensajes. No podía soportar estar lejos de ti. Ver cómo te dolía todo, y no poder estar a tu lado... fue peor que cualquier mentira que Angie haya dicho.

Briana, confusa y con curiosidad, la miró fijamente. —Pero... —empezó a decir con cautela—, en mi graduación, te vi con alguien más. Pensé que ya habías seguido adelante y que estabas con otra persona.

Samantha sintió cómo el rubor subía a sus mejillas. Bajó la mirada por un momento antes de volver a encontrarse con los ojos de Briana. —No, no es lo que piensas. Esa persona... es una prima mía. Le pedí que me acompañara porque necesitaba verte, aunque fuera de lejos. —Suspiró, secándose las lágrimas de la mejilla—. Pero cuando te vi bailar con Angie... pensé que todo lo que me habían dicho era verdad, que ya no había lugar para mí en tu vida. Así que me fui, aunque todo lo que quería hacer era correr hacia ti, abrazarte, besarte y decirte que todavía te amo.

Briana sintió un golpe en el pecho, una mezcla de alivio y dolor al darse cuenta de que ambos habían sido manipuladas de la manera más cruel. —Entonces... —dijo, su voz apenas un susurro—. Todo este tiempo, solo querías estar cerca de mí.

Samantha asintió, sus ojos fijos en los de Briana, llenos de sinceridad y amor. —Sí, Bri. Todo este tiempo.

Se miraron por un largo momento, el silencio del parque llenándoles los oídos mientras las lágrimas seguían cayendo. Había tanto dolor entre ellas, tanto amor sin resolver, que parecía imposible encontrar una forma de seguir adelante. Pero ambas sabían que el primer paso era aceptar lo que había sucedido, perdonarse mutuamente y decidir si querían reconstruir lo que una vez tuvieron.

—No sé qué pasará ahora, —dijo Briana finalmente, con la voz temblando—. Pero sé que quiero intentarlo, de alguna manera. No puedo perderte otra vez, Samantha.

OCULTO [Rivers & I] 2DA TEMPORADA Donde viven las historias. Descúbrelo ahora