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Un Año Después

La ceremonia de graduación estaba en pleno apogeo, y mientras recibía mi título de psicóloga clínica, los aplausos resonaban por todo el auditorio. Aun así, a pesar del orgullo que debería estar sintiendo, mi mente estaba en otra parte, atrapada en un remolino de pensamientos que no me dejaban en paz.

El último año había sido una prueba de resistencia emocional. Después de que Samantha me dejó sin una explicación, sentí que el suelo se desmoronaba bajo mis pies. Todo lo que creía estable en mi vida se evaporó de repente, dejándome con una incertidumbre que me consumía por dentro.

Mientras me dirigía al final del escenario, vi a Angie, Aldo y Carrera en la multitud, sonriendo y aplaudiendo por mí. Sabía que debería sentirme agradecida de que aún estuvieran a mi lado, pero la ausencia de Samantha pesaba demasiado.

Me detuve a un lado del escenario, intentando mantener una sonrisa en mi rostro. "Vamos, Briana,"me dije a mí misma en silencio."Hoy es tu día. No dejes que te afecte."

Sin embargo, no importaba cuántas veces me lo repitiera, la herida en mi corazón seguía abierta. Y mientras me preparaba para la siguiente parte de la celebración, no podía dejar de pensar en la noche de junio, justo dos semanas antes de mi graduación, cuando Samantha me dejó sin previo aviso.

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El baile de graduación era la culminación de la noche. Después de la ceremonia, mis amigos y yo nos dirigimos al salón, intentando mantener la atmósfera ligera y festiva.

—¡Lo lograste, Bri!—exclamó Angie, abrazándome con fuerza.

—Gracias, Angie—respondí, devolviéndole el abrazo.

Aldo y Carrera también me felicitaron, y por un momento, me sentí verdaderamente feliz. Había decidido que, al menos por esta noche, dejaría de lado el dolor y me concentraría en disfrutar con las personas que aún me amaban.

Cuando comenzó una canción de vals, Angie se ofreció a bailar conmigo. Dudé por un momento, pero finalmente asentí con una pequeña sonrisa.

—¿Estás segura de que quieres bailar conmigo?—pregunté, intentando bromear para aliviar la tensión.

—Por supuesto—respondió Angie, con una sonrisa cálida—. ¿Con quién más podría compartir este momento?

Nos dirigimos a la pista, y comenzamos a movernos lentamente al ritmo de la música. Nuestras caras estaban muy cerca, algo que se sentía extraño después de tanto tiempo sin estar tan cerca de otra persona.

—No estás muy acostumbrada a esto, ¿verdad?—dijo Angie suavemente, notando mi rigidez.

—Lo siento, es que...—empecé a decir, pero Angie me interrumpió con una sonrisa.

—Está bien, Bri. Solo relájate—me animó, susurrando—. Estoy aquí contigo.

Le devolví la sonrisa, aunque pequeña. Sabía que Angie solo quería lo mejor para mí, pero no podía evitar sentirme un poco incómoda. Sin embargo, con cada giro, el ambiente se hizo más llevadero, y lentamente empecé a disfrutar del momento.

Después del vals, volvimos a nuestra mesa, riéndonos suavemente de nuestra torpeza en la pista. Pero entonces, algo en la esquina de la sala captó mi atención. A lo lejos, vi a una pareja de chicas que se sentaba a pocos metros de nosotras. Mi corazón se detuvo cuando mis ojos se posaron en una de ellas.

—No puede ser...—murmuré, sintiendo que el color se me escapaba del rostro.

—¿Qué pasa?—preguntó Angie, siguiendo mi mirada.

Ahí estaba Samantha, sentada con otra chica. La veía reír, la veía sonreír de la manera en que solía hacerlo conmigo. Sentí una punzada de dolor tan fuerte que casi me deja sin aliento.

—Briana...—Angie me llamó con suavidad, preocupada.

—Estoy bien—mentí, apartando la mirada rápidamente—. Es solo... nada. Estoy bien.

Pero no estaba bien. Ver a Samantha con otra persona, sonriendo y siendo feliz, fue como recibir una bofetada en pleno rostro.

—¿Quieres irte?—me ofreció Angie, colocándome una mano en el hombro.

—No...—respondí con dificultad—. No voy a dejar que esto arruine la noche.

Angie me miró con una mezcla de compasión y tristeza, pero no insistió más. Sabía que estaba tratando de ser fuerte, aunque por dentro me estuviera desmoronando.

El resto de la noche pasó en un borrón de luces y sonidos. Intenté disfrutarlo, pero cada vez que veía a Samantha en la distancia, la herida se abría un poco más. No podía dejar de pensar en cómo solo le habían tomado dos semanas para seguir adelante, mientras que yo seguía atrapada en el pasado, incapaz de olvidar.

Finalmente, la noche llegó a su fin. Nos despedimos de todos, y Angie insistió en acompañarme hasta mi casa.

—¿Quieres hablar de ello?—preguntó, una vez que llegamos a mi puerta.

—No esta noche—dije suavemente, forzando una sonrisa—. Pero gracias por estar ahí, Angie.

Ella asintió, dándome un último abrazo antes de irse. Cerré la puerta detrás de mí y me dejé caer en el sofá, sintiendo cómo las lágrimas finalmente caían libremente.

"¿Por qué, Samy? ¿Por qué?"Las preguntas resonaban en mi mente, pero sabía que no encontraría las respuestas esa noche. Todo lo que podía hacer era seguir adelante, un día a la vez, con la esperanza de que, eventualmente, el dolor se desvanecería.






☀️
Un giro de trama completamente inesperado!

OCULTO [Rivers & I] 2DA TEMPORADA Donde viven las historias. Descúbrelo ahora