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Esa misma noche, la mente de Inés estaba inundada de tantas dudas. La doncella había crecido en una familia conservadora, por lo que sentiría una inmensa culpa si se deshiciera de aquella vida que está creciendo en su interior, sin embargo no sabía cómo sacaría a su vástago adelante en esas condiciones,  sin una figura paterna. Cuando sintió que estaba a punto de estallar, decidió salir en plena oscuridad y tratando de que nadie la viera, dispuesta a beber para olvidarse de todo lo que la estaba atormentando. 

Se movía entre las sombras para ocultar su vergonzoso rostro mientras buscaba dónde adquirir algo de licor. Cuando se acercaba a aquel infame bar donde Juan Tenorio se había hecho de un lugar en el trío más famoso de poetas, algo la detuvo.

-Inés? Eres tú?-  Una voz femenina la llamaba. Volteó a ver y la sargento de cabello rojo la miraba con profunda decepción y preocupación a la vez. 

-Ya te dije que no debes beber en ese estado, le vas a hacer daño al bebé-  Kie Hue Bo Ta le hablaba como una madre regañando a su hija adolescente. Inés torció los ojos, harta de que le recordaran su situación. 

-No me importa- Respondió la doncella. -Sólo quiero olvidarme de todo, sí?-

-Asi no vas a poder tomar una buena decisión-

-y eso qué? El tío planea irse del país y el imbécil de Juan anda quién sabe dónde-

-Si se pudiera, te gustaría que Juan se hiciera cargo?- La pelirroja la miró a los ojos.

-Créeme que sí lo pensé, pero bien sabes lo que le hizo a su primo y eso no tiene nombre-

-Tienes razón, si es capaz de hacerle eso a Rodo, qué le espera al pobre bebé? -

-A menos que Juan tuviera su instinto paternal muy en el fondo-

-Te imaginas? El narcisista de Juan con un hijo? Eso sería ridículo-


Las dos amigas se echaron a reír al pensar en eso, para posteriormente quedarse viendo la una a la otra en un largo e incómodo silencio...

¿Qué nos pasó?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora