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Pasaron algunos días, los suficientes para que Pascua y Rododendro tuviesen algo de calma, o bueno, eso parecía.

Como Rodo se rehusaba a volver a su casa por los problemas que tenía, el hippie accedió a darle asilo hasta que solucionase su conflicto con los otros poetas. El castaño no se quejó respecto a esa decisión, puesto que sería el pretexto ideal para no separarse del filósofo que le había robado el corazón.

Uno de esos días, donde no tenían nada que hacer, Pascua decidió encender la televisión y ver cualquier cosa, sin embargo, no había nada que captase su interés. Mientras éste pasaba una y otra vez los canales, su ahora compañero de cuarto se sentó a su lado.

- qué estás viendo?- preguntó el trovador, inclinando la cabeza con curiosidad

- nada realmente, puros comerciales...-

ambos voltearon a ver la pantalla, cuando aparecieron a cuadro dos rostros conocidos y uno más, el cual no se distinguía claramente.

- "Así es, querido público, el trío de poetas más famoso está de vuelta después de múltiples polémicas... "- decía el locutor, muy animado.

-carnal...- El hippie levantó una ceja.  - No me habías dicho que ya te reconciliaste con los poetahuevos-

- e-es que no lo he hecho...- Rododendro se encogía de hombros sin saber lo que sucedía

-Entonces... cómo que el trío va a regresar?-

-Ni yo lo sé...-

La cámara enfocó a Juan Tenorio, el cual ahora portaba una capa guinda y una peluca que simulaba la cabellera del exmiembro de aquel grupo.

-Queeeeé? Ese no soy yo!- 

- Pues se parece mucho a ti, carnalito...-

- eso no es verdad... Digo, soy feo pero no tanto...-

- como sea, quién es ese huevo que se hace pasar por ti?-

-Ni idea...- Dijo el castaño, en shock.

Pascua decidió apagar el televisor al momento en que entrevistaron al supuesto Rododendro.

Ambos se miraron el uno al otro tratando de procesar lo ocurrido.


En Algún otro lado....

En un foro de televisión...


Tenorio se rascaba la cabeza frenéticamente.

Lo notó Ferdinand, por lo que intentó quitarle la peluca, cosa que el nuevo poeta impidió hacer.

-Es necesario que uses eso, güey?- 

-Gabrelle me pidió que lo hiciera, es que extrañaba tanto al greñudo...-

-ajá...-

-como sea, yo podría ser un mejor Rododendro que el macuarro ese, no lo crees?-

Ferdinand, quien aún le guardaba rencor, se limitó a asentir con la cabeza.

-Bueno, en eso no te equivocas...-


¿Qué nos pasó?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora