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- Es que Ferdinand está loco, ya no lo soporto más- Se quejó Gabrelle mirando a Rododendro, el cual no podía creer lo que estaba escuchando.

Pascua gruñía de hartazgo, sin embargo fue ignorado tanto por su hermano como por los poetahuevos.  

- De verdad, Rodo, él y tu primo ya son inaguantables- 

-Mi primo?- 

- Sí, Juan Tenorio, se anda haciendo pasar por ti pero definitivamente no es lo mismo- 

-Debí imaginarlo...- Rododendro se sentó con dificultad -No puedo creer que después de tantos años siga buscando la forma de arruinarme más la vida- 

- Qué?- Pascua y Confi inquirieron al unísono.

-eh-... Es una larga historia...En fin, hay que ponerle un alto a esos dos y pronto- Gabrelle apartó la mirada mientras Rodo veía hacia abajo, como si una fibra sensible en él hubiera sido removida al escuchar el nombre de Tenorio.

A Pascua le taladraba la cabeza esa duda. ¿A qué se refería con "arruinarle más", algo le ha de haber hecho. Algo muy grave como para que Rododendro no quisiese hablar de ello y al parecer Gabrelle tampoco.

Por otro lado, una parte de él no confiaba del todo en el poeta más bajo. Hablar de esa manera del Ferdinand que le había endulzado los oídos en EggBrother no le resultaba coherente.  

- A ver carnal, ya no entendí todo lo que dijo este we... - El hippie frunció el ceño.

- Eh... La verdad, yo tampoco...-

- Qué tanto se trae el Tenorio ese contigo? - 

- Pues es mi primo y ya sabes... Rivalidad entre familia- 

-No carnal, míranos a mí y al Confi, después de habernos separado estamos con si nada- 

-Es que... Tenorio...-

-Tenorio qué? -

-Eh... Nada, sólo son viejas rencillas- 

Pascua miró fijamente a Gabrelle. 

Él sabía cosas que el rastudo no.

Rápidamente, Gabrelle decidió irse antes de que lo obligarán a hablar.

-Este... Yo mejor me voy antes de que me encuentren, ahí se ven.- 


Mientras tanto, Ferdinand y Tenorio buscaban a Gabrelle para volver a llevarlo al departamento. Ambos estaban conscientes de que si el novio de Ferdinand llegaba a encontrar a Rododendro, éste se iba a enterar de todo.

Ferdinand no podía permitir que Gabrelle se estuviera viendo con alguien que pudiese quitárselo, mientras que Tenorio quería evitar que Rododendro recuperase su identidad.

Buscaron por todos los bares y nada. 

Exhaustos, regresaron al depa.

Cuando llegaron, notaron el descuido de Gabrelle: éste había olvidado su celular encima de la cama.

Ferdinand, quien había obligado a su novio a darle la clave anteriormente, logró desbloquear sin problema alguno el dispositivo ajeno.

Revisó el historial de llamadas para hallar la que había tenido con el celular de Rododendro.

-Bingo...- Exclamó el poeta.

Tenorio se ofreció a rastrear la ubicación desde donde se hizo la llamada. De este modo dieron con el mercado, sin embargo, cuando acudieron, Gabrelle no se encontraba allí.

Ferdinand se alejó, frustrado, pero el de la capa escarlata no se rindió y optó por ir tras Rododendro para deshacerse de él. Sabía que el parecido entre ambos sería útil para que nadie sospechara cuando por fin lograse su cometido...








Nota del autor: feliz año nuevo, banda, perdonen lo seco que tengo el cerebro

¿Qué nos pasó?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora