5

345 30 12
                                    

**** Narrado desde la perspectiva de Rododendro****

Pascua... Me besó? así sin más? Eso fue raro, pero en parte, me hizo sentir aliviado que Ferdinand y Gabrelle se callaran después de eso.

-Suena convincente- Farfulló el de la capa lila y la boina de rayas, se veía satisfecho con lo que había visto. Ambos se encogieron de hombros y Pascua soltó un suspiro.

En cuanto a mí... Sinceramente no supe cómo reaccionar después de eso. 

Salí del bar y me senté en la banqueta con una botella de brandy Huevototote en la mano, muy decidido a embriagarme tanto que al día siguiente no me iba a acordar de lo que pasó.

Después de beberme media botella, el mareo comenzó a apoderarse de mi cuerpo, haciendo que me cayera de espaldas. Mientras yo ya estaba tirado en el asfalto viendo estrellitas, un molesto Pascua salió del lugar y se sentó a mi lado.

-¿Tas bien, carnal?-

Esa frase, esas tres simples palabras me hicieron sentir algo muy raro. Mi yema daba vueltas y esta vez no era por el alcohol. La boca no me respondía y sólo alcancé a levantar el pulgar, dando a entender que estoy bien.

-¿te importa si tomo tantito?- El filósofo señaló la botella de brandy que aún sostuve con todas mis fuerzas. Me encogí de hombros y la solté.

Era extraño, nunca había visto antes a Pascua tomando alcohol, parece que tenía el mismo propósito que yo: beber para olvidarse de ese incómodo momento... Aunque no voy a mentir, por un momento pensé: ojalá me diera la cruda más desgraciada después, para que el hippie me cuide. Dándome cuenta de lo que estaba pensando, sacudí la cabeza soltando un quejido. -Ya estoy muy pedo...- murmuré .

-Tú crees?- contestó el filósofo con algo de sarcasmo. Torcí los ojos y traté de desviar la atención, preguntándole cómo le había ido con Ferdinand.

-Mugre Ferdinand...- Gruñó - Se cree la última coca del desierto-

-sí, verdad?- respondí con una risa incómoda.

-A veces maldigo haber entrado al Eggbrother, no sé ni pa qué me aventé...-

-Te cae?-

-Sí, carnal, o al menos lo hubiera ganado yo...-

Sentí mi corazón apachurrarse al oír esto. Hacía poco, Gabrelle y yo habíamos cortado el cable que sostenía ese reflector sin sentir remordimiento alguno, pero ahora, la culpa me carcomía por dentro. No puedo creer cómo mi percepción respecto a Pascua cambió drásticamente en tan poco tiempo.

Ahora que volteo a ver al hippie, me siento tan raro... Me pongo a sudar y a temblar como loco.

De vuelta a la realidad, noté que Pascua ya se había empedado también, puesto que le costaba hablar con fluidez.

 -Qué fueeeeerte carnal- Decía mientras hipaba. Me resultaba tan tierno verlo así.

Es raro. ¿Por qué estoy pensando todas estas cosas? Creo que ahora sí me pegó duro el chupe...

¿Qué nos pasó?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora