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-güey, qué perro oso, o sea a qué basurero me vine a meter?- La rubia observaba sus alrededores con absoluto desdén. 

- no es pa tanto, güerita!~ habemos buenos partidos por acá....- Filoteo se acercaba a ella, sólo para recibir una mueca de desagrado. -aish pero qué naco!- Se quejó la oriunda del pedregal, torciendo esos ojos color celeste.

Mientras los albañiles estaban entretenidos, Gabrelle aprovechó para correr al andamio y colarse por alguna ventana con la esperanza de alcanzar a Rododendro. Su baja estatura le dificultaba el acceso, sin embargo fue capaz de observar la escena que estaba ocurriendo entre el trovador y el hippie. 


Del otro lado de la ventana, el de largo cabello castaño trataba de liberar al de rastas, intentando cortar las sogas con los dientes ya que no había nada más con qué hacerlo. Después de varios minutos y gastarse el esmalte de sus dientes a lo puro baboso, a duras penas y el hippie, que ya mostraba un inconmensurable hartazgo, logró despegar su adolorido trasero de aquella silla plástica. El filósofo intentó dar un paso, cayendo al suelo debido a lo adormecidas que tenía las piernas por falta de movimiento.

-Ay aguántame, carnalito, es que ya se me durmieron las patas-

-no puedo esperar, en cualquier momento puede aparecer Juan...-

-y entonces qué procede?-

-Quieres que te cargue?-

-no carnal, eso se vería muy puyeye-

-ay ya déjate de estupideces y vámonos antes de que lleguen esas lacras-

-pues ya ni modo-

A regañadientes y con gran dificultad por culpa del peso, Rododendro corrió lo más rápido que pudo con Pascua a cuestas. No podía negar que le resultaba extraño y demasiado conveniente el hecho de que las cosas hubieran sido de ese modo, sin embargo no tenía tiempo para pensar en eso, debía enfocarse en escapar de allí, así que decidió saltar de nuevo al andamio con Pascua en sus brazos, después trazaría un plan...


Gabrelle los vio y se emocionó en sobremanera antes de regresar a su estado de pánico dándose cuenta de la altura a la que se encontraban. Era por eso que el Maistro Dieggo no los quería dejar subir, ya que no están capacitados para ello...


Mientras el de la capa azul se aferraba a la estructura con todas sus fuerzas, los otros dos se debatían entre si era lo correcto lanzarse al vacío o no.


Se miraron el uno al otro antes de tomar la decisión, sin embargo Pascua se terminó resbalando, lo que lo hizo perder el balance. Rododendro al ver esto, se lanzó también para intentar amortiguar la caída del hippie.


Segundos después, ambos aterrizaron sobre el cemento fresco...


¿Qué nos pasó?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora