Capítulo 2

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POV ____

¡Dios! ¡No sonó el maldito despertador! Corría hacia el edificio lo más rápido que mis tacones me permitían, venía en taxi, pero por el tráfico hubo un gran atasco y sabía que si esperaba a que se disipara no llegaría a tiempo y no estoy dispuesta a arruinar mi buena imagen con faltas por impuntualidad.

No faltaba mucho para llegar cuando se hizo el atasco, así que pagué lo que debía al taxi y corrí desde ahí hasta el edificio. Deberían darme una medalla por haber corrido cinco minutos seguidos en altos tacones, al llegar a la empresa me tomé un par de minutos para recobrar el aliento y pasado eso entré por la puerta de empleados.

Saludé a todos a mi paso con una sonrisa, llevaba ya 3 semanas y media en este lugar y estaba realmente encantada, la mayoría de las personas aquí eran muy amables y educados conmigo, como siempre había algunas excepciones pero en su mayoría me la pasaba muy bien, estaba aprendiendo demasiado de todo y de todos.

Llegué finalmente al piso que me correspondía con 10 minutos aun de sobra, lo cual era perfecto.

-Buenos días- Saludé a las personas que estaban ahí, caminé hacia mi pequeña oficina que se encontraba a lado de la de una buena amiga que había formado este par de semanas.

-____, buenos días- Me saludó ella con una sonrisa.

-Hola Darcy, buen día- Respondí de la misma forma.

Darcy Cohen, tuve una conexión con ella desde el primer día que estuve aquí, ella amablemente me ha estado apoyando todos estos días y ha sido un gran soporte para mí, se ha ganado mi cariño en muy poco tiempo. Darcy es solo un par de años mayor que yo, ella trabaja como abogada de lo familiar en el bufete y aunque yo me especializaba en el ámbito penal, Darcy siempre buscaba la forma de apoyarme y orientarme, considero que he hecho lindas amistades en mi corta estancia aquí.

-¿A qué hora te fuiste ayer, linda? Cuando yo me fui aun estabas aquí- Preguntó la rubia con curiosidad.

-Creo que poco después de las 8- Contesté sin darle mucha importancia.

-No creo que debas sobre exigirte mucho, por lo que me has dicho, sé que es parte de ti hacer las cosas a la perfección, pero debes descansar- Pidió protectoramente, agradecí enormemente su gesto y preocupación, di un corto suspiro antes de responder.

-Debo admitirte que aunque en parte si tienes razón y me quedo aquí para poder seguir trabajando un poco más, por otro lado me quedo aquí porque odio llegar a mi departamento y ver solo un lugar vacío, es un sentimiento muy extraño al que no estoy muy acostumbrada a decir verdad- Admití abriendo un poco mi corazón, ella se acercó a mí y apretó mi hombro de manera reconfortante.

-Puedo entender perfectamente, sabes que puedes contar conmigo, podemos salir un día de estos para despejar esa mentecita tuya que no descansa- Ofreció amablemente con una sonrisa, yo solo pude sonreír de vuelta y asentir.

-Muchas gracias Darcy, en verdad lo aprecio demasiado. Nos ponemos de acuerdo en estos días para salir- Terminé por decir, ella accedió y cada una fue a hacer sus distintas ocupaciones.

Como he mencionado, la mayoría de las personas han sido sumamente amables conmigo, aunque como siempre, había unas cuantas excepciones; la persona encargada de decirme cuales eran mis pendientes diarios no parecía muy contenta de mi estancia aquí, la señorita Greta, una mujer de aproximadamente unos 50 años, siempre parecía molesta por solo tener que dirigirme la palabra.

-Buen día señorita Greta- La saludé con cordialidad cuando me acerqué a su escritorio para preguntar por mis obligaciones de hoy.

-Tus pendientes están sobre la mesa niña, quiero que los tengas listos antes del medio día- Dijo de forma seca sin siquiera voltearme a ver.

Completa adicción | Chris EvansDonde viven las historias. Descúbrelo ahora