"Esfuerzo."

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Llevábamos tres días viajando y he decidido empezar a escribir una bitácora. También he decidido escribir sobre mi pasado para recordarlo siempre y que haya un registro, quizás, de que estuve aquí.

Estos tres días o he estado en la proa o en la habitación. Ayudo a Ellie en la limpieza pero es ella quien se carga de la comida junto con Ace.
No sirvo mucho en la cocina y tampoco he conseguido mejorar mis ánimos.

—¡Alec! ¡El almuerzo estará pronto! —volteo hacia atrás a buscar a Faber.

—¡De acuerdo! — responde él subiendo los escalones a la proa. Giro para mirar hacia delante.

Ha intentado quedarse a solas conmigo y cuando lo lograba, no decía nada. Yo no tenía fuerzas para hablar así que las cosas sólo seguían su curso. Cada uno por su lado.
Este es otro de sus intentos de conversar conmigo.

Este es otro de sus intentos de conversar conmigo

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—Ten. — escucho que dice y levanto la vista. — Cúbrete con esto. Podría darte insolación.

Tomo la capa que me tendía y la extiendo —Se parece un poco a la de Alabasta.

—La mandé hacer en el pueblo.

—Ah, claro.

Me cubro con él y me trago el malestar en mi pecho. Lo extrañaba mucho.

—¿Me puedo sentar contigo?

Asentí. No dice nada más mientras toma asiento a mi lado y yo termino abrazándome a mi misma.
Oigo que se retuerce buscando algo en sus pantalones y después aparece una perla en mi campo de visión.
La tomo despacio y la observo. Es débilmente rosada, brillante y no muy grande. Bajo el sol resplandece como si hubiera un montón de estrellas danzando a su alrededor. Es preciosa.

—¿Dónde la encontraste?

—La encontré en una de las veces que fui a nadar. Hay una variedad de perlas y flores marinas que son hermosas. — se queda en silencio un momento. — Es para ti.

Suspiro viéndola. —Gracias.

—Estaba pensando buscar más y quizás hacerte un collar como el mío. ¿Te gustaría?

—¿Se puede hacer eso? — digo devolviéndoselo.

—Claro que sí.

—Bueno.

—¿Te gustaría?

Me atrevo a mirarlo. Sus ojos serpentean en los míos absorbiendo mi atención y mis gestos.

—Sí. Me gustaría.

Veo que se remoja los labios y ya sé que viene. —¿Podemos hablar?

La incomodidad brota en mi pecho y evito continuar mirándolo. —¿Tiene que ser ahora?

No quiero que me lastime más. No quiero volver a vivir eso. Prefiero quedarme sola. Puedo asfixiar esto. Puedo eliminarlo.

—No quisiera prolongarlo más.

Abrazo mis rodillas a mi pecho y oculto mi rostro. —No tengo ganas ahora mismo.

—Aloise. — su voz suplicante me araña todo el pecho dejándome adolorida. — Por favor, sólo necesito que me escuches.

—¡Alec! ¡Aloise! ¡Ya está el almuerzo!

—Faber nos está llamando, ve con él. Yo iré después.

—No quiero que te alejes de mí. No de esta manera. Puedo aceptar que te enojes, te tomes un barco y te vayas pero ver que intentas rendirte conmigo—

—Vete Ace. Por favor.

Intenta decir algo más pero se rinde. Sus pasos van alejándose y me clavo las uñas en los brazos para calmar el agujero en el centro de mi pecho que parece tomar todo de mí.

Cambiaré tu destino - Portgas D. AceDonde viven las historias. Descúbrelo ahora