"Pesar"

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—Ten jovencita. Que tengas un buen resto de jornada.

—Gracias señora.

Bajé al pueblo para ir de compras. Necesitaba reabastecer la cabaña pues Ace volvía a alimentarse como si tuviera un agujero negro de estómago.

Suspiré. Se estaba haciendo muy tarde y debería de regresar pronto. No puedo seguir tratando de perder el tiempo.

—¡Aloise!

Volteé hacia la voz —¡Hola Faber! ¿Cómo has estado?

Se acercó a mi rápidamente. Había conocido a Faber pocos días después de instalarnos en la cabaña. Era un chico muy amable y simpático. Tenía una linda sonrisa.

—Súper. ¿Estás de compras? ¿Quieres que te ayude?

—¿No estás ocupado?

—Nah, no te preocupes. —tomó algunas de mis bolsas.— ¿Necesitas otras cosas más? Aprovecha que tienes más manos ahora.

—Gracias.

Haciendo uso de su hospitalidad me tomé la libertad de hacer más compras. Me acompañó hasta la cabaña manteniendo sin esfuerzo la conversación.

—Sería genial que conocieras a Ellie. Creo que se llevarían bien.

Reí —No lo dudo. —Llegamos hasta la puerta. — Gracias por la ayuda otra vez.

—No hay problema. Si quieres te ayudo a ubicar las cosas.

—Ah, no. Mi hermano está descansando. No quiero molestarlo.

—Oh, ¿ya se siente mejor?

—Sí, se está recuperando.

—Me gustaría conocerlo alguna vez.

—Así será.

—Entonces nos vemos Aloise. Búscame en la panadería cuando tengas tiempo. ¡Que descanses bien!

—¡Claro! Nos vemos.

Lo vi alejarse y me despedí con la mano a penas.

Abrí la puerta y me encontré a Ace en la cocina —¡Jesús!

Lleva un pan a la boca mientras se aleja de la ventana que está sobre el lavabo. —Así que soy tu hermano.

—No deberías estar fuera de la cama.

—Me apetecía caminar. ¿De dónde lo conoces?

—Es de la panadería. Sus padres suelen hacerme descuentos por hacer de niñera.

—¿De ese chico?

—No, de sus nietos. Él es su hijo más joven, tiene mi edad.

—Ah.

—¿Quieres que te prepare algo?

—Ya he comido mientras estabas coqueteando.

—No estaba coqueteando. —dije poniendo las bolsas en la mesada. —Faber es un amigo.

—Faber.

—Sí. Ya vete a la cama.

Revisó las bolsas y sacó una manzana. La lavó y se fue a la otra habitación. Lo seguí.

Cambiaré tu destino - Portgas D. AceDonde viven las historias. Descúbrelo ahora