"Nostalgia"

367 45 2
                                    

Los días acabaron pasando y Ace no volvió a mencionar ni el barco ni la idea de viajar. A veces me animaba a preguntar pero no decía nada concluyente. Es mejor no insistir, de todas maneras quedarnos en esta isla por ahora era lo mejor. Estábamos a salvo en el territorio de Shanks. Creo que sigue pensando en la fruta de la caja fuerte, siendo una gran indirecta de Shanks para él.

Le había pedido que hablara con él sobre vivir inadvertido por el mundo pero no estoy tan segura de cómo fue la conversación. Ace parece incómodo cuando traigo su nombre a colación.

—¡Aloise! ¿Te gusta? ¡Lo hice para ti!

—¡Está precioso Marie! Me encanta. ¿Me lo puedo llevar?

La niña frente a mi asiente. Es uno de esos días en que me toca ser niñera.

—Haré uno para Alec. ¿Crees que le gustará?

—Estoy segura que sí. Aunque no lo creas le gusta dibujar.

—¿De verdad? Entonces le dibujaré algo. —dice entusiasmada tomando sus colores.

Veo al niño mucho más pequeño sentado junto a mi con la hoja en blanco pensando. Veo que dejó su caballo en la otra hoja a medio terminar. —¿Qué sucede Noah?

—Yo también quiero dibujarle a Alec.

—Pues hazlo. Estará contento de recibir sus dibujos.

Asintió. —Pero no sé qué dibujarle.

—Dibújale un barquito. Seguro le gustará.

—Okay. — dice y se concentra en su hoja.

Eran niños muy tranquilos así que no había mucho problema. Sus padres debían llegar en cualquier momento.

—Ten. —dice Noah, tendiéndome una hoja. — Dibuja tú también para Alec.

—De acuerdo pero ustedes me ayudarán.

Pasamos el tiempo dibujando y coloreando cuando escuchamos que llegan sus padres. Ellos se levantan entusiasmados a recibirlos.

—¡Veo que se divirtieron! — dice el señor Julen.

—Gracias por lo de hoy. Perdona por pedírtelo a último momento.

—No se preocupe señora. Me divierto mucho con ellos.

—¡Hicimos dibujos para Alec! — comenta Noah.

—¡Están preciosos!

—¿Podemos ir a dárselo?

—Eh... — ambos me miraron dudando y sonreí asintiendo. — Pueden —saltaron de alegría— pero no se separen de Aloise ¿está bien?

—¡Sí!

—Vamos a la carpintería. —digo y les tiendo la manos que las toman con emoción.

Llegando al lugar lo vemos sentado conversando con el dueño mientras bebe agua. Los niños me abandonan y corren a tirarse sobre él.

—¡Mira! ¡Para ti! —dice Noah y se lo da.

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Cambiaré tu destino - Portgas D. AceDonde viven las historias. Descúbrelo ahora