༘⋆ 𝐍𝐎 𝐓𝐄 𝐃𝐄𝐉𝐀𝐑𝐀 𝐈𝐑 ༘⋆

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Apenas lo dejas pasar por la puerta cuando ya te has unido a él, con la cara metida en su camisa de algodón mientras él levanta una mano cansada para acariciar la parte posterior de tu cabeza

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Apenas lo dejas pasar por la puerta cuando ya te has unido a él, con la cara metida en su camisa de algodón mientras él levanta una mano cansada para acariciar la parte posterior de tu cabeza.

—¿Por qué estás mojado? —murmuras en su pecho y Hiragi se ríe.

"Me di un pequeño baño."

Te liberas lo suficiente para mirarlo, los moretones que se forman en su rostro, el corte en su pómulo, la hinchazón de su labio. Parece que recibió algunos golpes bien dirigidos mientras nadaba.

Haces pucheros, pasas suavemente el pulgar por su mejilla colorada y luego empiezas a instarlo a ir al baño. "Vamos a limpiarnos".

Para tu sorpresa, tu novio niega con la cabeza. Hace mucho tiempo que no discute contigo sobre esto, ya que se ha acostumbrado al ritual de que lo remendes. Crees que en realidad ha empezado a disfrutarlo, que finalmente se deja mimar por una vez en su vida.

Pero esta noche no.

¿Podemos simplemente acostarnos? —suplica—. Solo... solo necesito descansar. Necesito abrazarte. —Susurra casi la última parte, pero aun así lo entiendes y aún hace que tu corazón estalle por él.

Entonces, en lugar de ir al baño, lo llevas a la habitación que comparten, donde le quitas la camisa con cuidado y silbaste en su nombre cuando ves el color púrpura floreciendo por todas sus costillas.

"Estaré bien", te asegura, llevándote hacia la cama sin hacer una vez que se queda solo con sus calzoncillos.

No llevas nada más que una camiseta demasiado grande (después de todo, es bastante tarde), lo que resulta perfecto cuando Hiragi coloca tu pierna sobre su cadera y se frota contra ti. No es raro que esté un poco irritado después de una pelea y necesite una última descarga.

Estás lista para ello, lista para él, para que sus dedos bailen entre tus pliegues, cubriéndoles los labios con tu propia semen antes de que se quite los calzoncillos. Gimes cuando recorre tu raja con la punta de su pene de arriba a abajo, admiras la forma en que cierra los ojos cuando empieza a empujar dentro de ti.

Él te llena hasta el borde, tus caderas se juntan y te estremeces cuando él deja escapar un suspiro tembloroso. Ambos están juntos, salvo por las caricias tiernas y ociosas: tus dedos en la nuca, rascándole la línea del cabello, sus labios en tu hombro, moviéndose mientras él confiesa: "Esta noche tuve miedo".

Se queda en el aire entre los dos, una admisión poco común. No lo insinúas, no le pides que te dé más detalles. Todo lo que haces es besarle el costado de la cabeza y recordarle: "Ahora estás aquí. Estás aquí y estás a salvo".

Hiragi asiente, comienza a acariciar con la boca la unión de tu cuello y hombro, hace una última confesión: "No quiero dejarte ir nunca", luego comienza a mecer sus caderas, un ritmo lento que te hace abrazarlo con tanta fuerza que podrías aumentar su plétora de moretones.

Él no podría dejarte ir aunque lo intentara.

Él no podría dejarte ir aunque lo intentara

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CREDITOS

https://www.tumblr.com/gimme-hiragi

𝐈 𝐒𝐄𝐄 𝐘𝐎𝐔 𝐀𝐆𝐀𝐈𝐍  ʷᶤᶰᵈ ᵇʳᵉᵃᵏᵉʳ ˣ ʳᵉᵃᵈᵉʳDonde viven las historias. Descúbrelo ahora