¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
"Y juré que no me acurrucaría en la palma de tu mano... Pero dejaste que tus ojos se detuvieran en mí, y de repente no puedo cerrar el puño".
🌿kaji ren
Sinopsis
Nunca fuiste demasiado discreta con tu cariño por él, y él nunca fue demasiado bueno para dejar entrar a la gente. Y por un tiempo, no importó. Te acomodaste en el espacio de la amistad, contenta con tu lugar en su vida. Pero ¿por qué él no estaba satisfecho?
Personaje: Kaji Ren x Gn!Reader
Conteo de palabras: 1,897
advertencias: ninguna
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
En el instante en que le arrancaste un pedazo de tu corazón, él lo supo de inmediato. Para él nunca sería lo mismo.
Fue entonces, cuando en segundo año de la universidad, las calles de Makochi trajeron al azar a un tú desprevenido, de repente atrapado en el fuego cruzado, y Kaji Ren tuvo que lanzar un par de puñetazos mientras el hormigueo de sus nudillos explotaba en su sistema. Fue cuando metiste tus botas de gamuza empapadas en un cálido Café Pothos, con el pelo pegado a tu cara enrojecida por haber desafiado el aguacero solo para conocerlo, que una sensación terrible se deslizó detrás de las jaulas de sus costillas, punzando muy silenciosamente en su pecho. Fue cuando comenzaste a ocupar un poco más de espacio en su rutina, durante la patrulla cuando el sol se hundía en el horizonte, y lo vigilabas, que sus palmas húmedas se hicieron demasiado evidentes por la incertidumbre de tu presencia.
Fue cuando sintió que tu mirada se detenía un poco en los marcos de sus pensamientos, cuando tus palabras se diluían en una elipsis en el discurso, que sospechó que había un secreto bailando en tu lengua, uno que lo arruinaría si lo susurrabas. Con las manos detrás de él, los dedos cruzados, esperaba que no lo dijeras. No lo hicieras . No sabría qué hacer.
Pero fue una noche de junio, cuando el pueblo estaba medio dormido y los murmullos de la noche armonizaban con el acelerado latido del corazón de Ren, cuando dejaste escapar la retahíla de palabras que él deseaba que nunca dijeras. En algún lugar entre tu «me gustas» y tu «no creo haber intentado ocultarlo» colgaba el silencio de su pecho... y en él una sensación de desplome, como si el corazón se le hundiera en las entrañas.
