¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Resumen . La mitad del semestre está por terminar y, adivina qué, necesitas estudiar mucho. Eso fue hasta que él te visitó.
contenido . au de secundaria, fluff, slowburn, amigos de la infancia a amantes, umemiya puede parecer ooc, un poco de angustia.
recuento de palabras . ~2,41k.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
"—La mitad del semestre está llegando a su fin. Espero que hayas empezado a estudiar mucho".
Perforaste la pared con tus ojos aturdidos mientras intentabas concentrarte para los próximos exámenes y al mismo tiempo sufrías un colapso mental porque no entendías ni una palabra de ese maldito libro. Oh, Dios. ¿Por qué la escuela es tan difícil? Pero aunque sabes que podrías hacerlo bien en todos los exámenes si lo intentaras, algo mantiene tu mente ocupada. Ya sea tu teléfono celular o el sonido de los fuertes latidos de tu corazón.
Y por último... Al final, siempre te quedaste mirando el pequeño dibujo chibi de alguien en particular. Qué patético eres. ¿Cómo puede un ser masculino hacerte enloquecer y confundirte sobre tus propios pensamientos? Ni siquiera puedes concentrarte para tus exámenes por su culpa mientras miras con impaciencia tu teléfono, esperando que alguien llame. Esperando el sonido de tu timbre sonando en el apartamento.
Durante horas. Sí, claro. Llevas tres horas sentada aquí y solo has escrito una frase de cientos. Si esto continúa, reprobarás todos los exámenes. Ya lo sabes. Pero hoy ni siquiera te ha enviado un mensaje de texto. Tampoco te ha visto hoy. Bueno, no es que necesite verte o enviarte mensajes de texto cada minuto para sobrevivir el día. Pero quería enviarte un mensaje de texto al menos una vez al día, para saber cómo te va sin él.
Aquí estás. Sentada en tu silla frente a una mesa desordenada. Esperando pacientemente, o no tanto, a que te envíe un mensaje de texto. O que te llame. O que llame a tu puerta. No importa cuánto tiempo hayas esperado, las expectativas y la esperanza fueron rechazadas. Como un cachorro que espera un elogio que nunca llega. "Soy una idiota. ¿Por qué estoy esperando?", exhalaste frustrada, agarrando tu teléfono y poniéndolo en silencio.
Con eso, lo arrojaste sobre tu cama, recostándote contra la silla. "Debería empezar a estudiar. Sí..." suspiraste, mirando fijamente al techo por un rato dejando escapar un fuerte y frustrado gemido. "Buena idea. No desapruebes las clases... ¿Sabes qué? Debería ir a una universidad de arte". Te estiraste una vez más, antes de regresar a tus libros y cuadernos. Va a ser una larga noche.
