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Tus piernas se posaron sobre sus hombros mientras su pene yacía dentro de tus pliegues empapados, empujando hermosamente contra el punto esponjoso en tus paredes gomosas. La boca de Kaji estaba presionada firmemente contra la tuya, su lengua se entrelazaba con la tuya mientras sus caderas rodaban hacia las tuyas, lentamente.
Los gemidos que se escapaban de tus labios fueron tragados por Kaji, que estaba disfrutando ansiosamente el momento. Su linda chica se esforzaba por seguirle el ritmo, tus piernas sobre sus hombros donde tus rodillas estaban junto a tu cabeza a cada lado.
Kaji se aparta de tus labios y emites un gemido por la pérdida de contacto. Solo quieres estar cerca de él. "Silencio", murmura en tu oído antes de darte la vuelta y ponerte boca abajo. Un pequeño resoplido de sorpresa se escapa de tus labios hinchados.
Su peso era muy pesado contra el tuyo, tus pechos estaban aplastados por la masa que te empujaba con fuerza contra el colchón. Los abdominales de Kaji eran prominentes contra tu espalda, podías sentir su forma y su hendidura.
Las manos de Kaji se movieron lentamente, cambiando su agarre de modo que una de sus manos los sostuviera a ambos sobre su cabeza, teniendo cuidado de no enredarse el cabello con el movimiento. Un suspiro de satisfacción sale de tu boca mientras Kaji levanta su cuerpo ligeramente.
Su mano libre recorrió la longitud de tu sedosa espalda hasta que las yemas de sus dedos tocaron tu tersa entrada. El jadeo que surgió de sus dos dedos deslizándose por tu palpitante clítoris y su peso levantándose suavemente de tu cuerpo para permitirte respirar.
Jadeas ante la acción abrupta de él deslizando un dedo en tu coño mientras murmura, "Mírate", contra tu oído antes de mordisquear la carne.
Entonces, gemiste ante el ligero toque cuando una punta gruesa y palpitante presionó tu clítoris. Intentaste escabullirte de la placentera situación, pero Kaji estaba más familiarizado con tu físico que tú, por lo que anticipó tu intento de huir de su cuerpo en respuesta al placer. Es por eso que volvió a presionarte.
Cuando Kaji hundió su palpitante pene en tus suaves paredes, contuviste la respiración mientras cada curva de tu coño húmedo pellizcaba su longitud. Ambos emitieron un gemido cuando la longitud de Kaji tocó el centro de su ser.
Kaji gime: "Mírate, me estás tomando tan bien". Suspiras de placer; él entendió que eras una especie de adoradora y que disfrutabas de sus palabras, que tuvieron un profundo efecto en él y lo hicieron tartamudear.
Sin embargo, él permaneció inmóvil, contento de observar tu necesidad de crear fricción y tu incapacidad para alejarte de su contacto. El pene de Kaji se hundió tanto en tus paredes gelatinosas que te hizo gemir de éxtasis, pero eso no le impidió permanecer inmóvil. Todavía estaba cómodamente cálido en su interior.
Besos cálidos y densos se extienden desde tu oreja hasta el hueco de tu cuello y terminan en tu hombro. Una exhalación jadeante dejó tu boca abierta antes de que Kaji insertara sus caderas en las tuyas. Un suave gemido se escapa de tus labios mientras su polla roza cada punto sensible de tu coño.
