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REN KAJI es perceptivo. Puede que le cueste un poco a veces, pero tiene espíritu.
Él está atento. Sus ojos se quedan constantemente en tu lugar, observando cada uno de tus movimientos. Desde la forma en que mueves tus dedos mientras escribes nuevas recomendaciones musicales en su teléfono hasta la forma en que arrugas la nariz cuando te ríes de él, él observa la forma en que haces prácticamente... cualquier cosa.
No tardó mucho para que Kaji se diera cuenta de que algo pasaba.
De pie frente al espejo y tardando más de lo habitual, una ligera mirada de decepción en tus ojos, una que a Kaji no se le escapa. Una mirada de incomodidad cuando te inundan de cumplidos y una sonrisa que a simple vista parece completamente genuina, acompañada de un cambio en tu voz: el ligero descenso de la melodía favorita de Kaji se percibe de inmediato.
El tiempo vuela. Demasiado rápido para tu gusto.
Se acerca el tercer y último año, las vacaciones de verano están llegando a su punto medio. Kaji está tumbado en su sofá y tú estás encima de él, con la cabeza sobre su pecho, con cuidado de contar cada latido de su corazón.
¿Alrededor de 110? No lo sabes, pero sabes que se pone nervioso cuando estás cerca.
Lo llamas y sientes las vibraciones de su pecho mientras tararea en respuesta. "¿Crees que puedo transferirme y pasar mi último año en Furin?"
—No sé, tendría que preguntarles a Umemiya y Tsubaki —tararea, entrecerrando los ojos rápidamente mientras mueve su mano para enredarla en tu cabello—. Pero no creo que eso sea posible, Furin es una escuela solo para chicos.
"Bebé..."
Él está analizando tu reacción, retirando lentamente su mano de tu cabello mientras levantas la cabeza para mirarlo.
"Me estoy transfiriendo a Furin, así que por favor envíame el número de Tsubaki para poder pasar por admisiones".
"Pero eres un..."
"Ren."
"¿Qué?"
" Ren ."
Su mirada se suaviza y es en ese momento cuando todo encaja. Cada pieza que estaba dispersa en su mente se une a medida que ve la imagen completa: el rompecabezas está completo.
"Oh."
"Sí, oh ."
—Deberías habérmelo dicho antes, podría haberte ayudado con todo lo que necesitabas —te reprende, ahora con la mano en tu mejilla—. ¿Pensabas que te iba a dar una paliza por ello?
Desvías su mirada y eso le dice todo lo que necesita saber. Su pulgar acaricia suavemente tu mejilla mientras recuerda todas las señales. ¿Por qué no pudo captar la indirecta de aquel entonces?
—No tengo mucha ropa, pero puedes llevar algo si quieres, es cómodo. Hablaré con Tsubaki, así que no te preocupes por nada, y si alguien te molesta, me llamas .
No es nada sutil su intento de mostrarse comprensivo. En los últimos minutos ha podido comprobar que está muy claro que lo que necesitas es comprensión y apoyo, y sientes que lo que él te ofrece no es suficiente. Si tiene que mejorar su juego, lo hará .
"Gracias, Ren" sonríes.
"No es nada, amiga."
"¿Amiga? Llevamos un año saliendo. Coge de verdad".
Él se ríe suavemente y se inclina para darte un beso en la frente. "Lo siento, príncesa".
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