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Estás acostumbrada a la repentina sensación de su peso sobre tu espalda. Umemiya es del tipo que no puede evitarlo cuando pasa a tu lado y siempre te agarra un poco la cintura o te da palmaditas en el pelo; y cuando está muy pegajoso, te abraza con fuerza como si tuviera miedo de perderte.
Sin embargo, no puedes explicar por qué esta vez su sombra sobrevolando sobre ti te hizo sentir como si estuviera a punto de devorarte entera. Estabas sola en el balcón, era tarde, pero él insistió en que te encontraras con él allí hasta que terminó. Terminó contigo, al parecer.
De repente, un brazo fuerte te rodea la cintura y te atrae hacia su pecho. Dejas escapar un suspiro silencioso. No puedes evitar la sonrisa que se forma en tus labios.
"Ume, no lo hagamos..."
—¿No qué? —preguntó con ligereza y un tono de falsa ignorancia, pero aun así apartó tu cabello de tu cuello dolorosamente despacio, asegurándose de que sus dedos se demoraran en tu piel. Tarareó de nuevo, ya que no reaccionaste, antes de dejarte besos por todo el cuello, siguiendo tu hueso hasta tu hombro y pudiste sentir escalofríos por todo tu cuerpo.
Puedes sentir su sonrisa contra tu piel y, por alguna razón, sientes más calor en tu interior. Te abraza tan fuerte que parece que va a aplastarte la caja torácica, pero no hay problema siempre que continúe con lo que ha empezado. Su mano recorre tu cuerpo sin detenerse hasta llegar a tu pecho, pero nunca consigue agarrar nada por completo de la forma que quieres.
Te sientes de mal humor, atrapada entre el deseo de empujarlo para hacerle saber que estás enojada y la necesidad de sentirlo más cerca, sus labios y sus manos por todo tu cuerpo. Entonces finalmente te das vuelta y lo miras directamente a los ojos mientras su mano baja demasiado cerca de tu trasero. Lo atraes por el cuello para poder besarlo como lo deseabas desesperadamente.
Tu mano finalmente acuna su rostro, manteniéndolo en su lugar cuando intenta alejarse. No quieres hacerlo, él empezó esto ahora, tenía que ver las consecuencias. Nunca quisiste parar, embriagándote con su dulce sabor. Pero él todavía tiene más fuerza que tú y fue realmente fácil para él alejarse. Tiene una sonrisa tonta en sus labios.
