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Resumen: ¿Y no es extraño que una persona no tenga que estar muerta para servir como fantasma, sino que solo se necesita ausencia y tristeza y el dolor absolutamente aniquilador de lo que solía ser ?
Personaje: Suo Hayato x fem reader
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A veces te ve en sueños, en los espacios que preceden a su sueño: ese espacio dulce, ingrávido, liminal, donde todo es posible, incluso probable. Ve la forma de tu risa, siente el peso de tu aliento, casi puede saborear la dulzura de tu sonrisa. Se perdería, entonces, en las luces de luciérnaga de tus ojos.
Esas noches, se despierta con un grito que le sube por la garganta como si fuera leche agria.
Porque por mucho que intente aferrarse a los buenos recuerdos, esos que están bañados por el precioso y pálido oro del sol de verano, la verdad siempre se cuela como un afilado cuchillo de plata. Fría. Despiadada. Implacable.
—Bueno, sé que no nos conocemos muy bien, pero... has hecho mucho por nuestra tienda y mi abuela está muy agradecida y... siempre me hace muy feliz verte pasar por aquí.
La chica que tiene delante es bonita, de esa manera delicada y sencilla en que se podría decir que son bonitas todas las chicas jóvenes. Es morena, tiene el pelo lacio y lleva gafas de montura fina. Suo se da cuenta de que se ha puesto un brillo labial brillante solo para esta ocasión. Sus mejillas están teñidas de un rosa atardecer y tiene una carta en las manos.
—Gracias —dice, inclinando la cabeza, con la mano entrelazada tras la espalda y una expresión educada que se transforma en una de afectación educada, el rechazo más gentil . La escucha salir corriendo, parloteando sobre visitas y admiración y la figura de él fuera del escaparate, cómo su corazón se aceleraba. Se encuentra, con nostalgia, pensando en tu figura, cuando eras lo suficientemente pequeña para escabullirte bajo la cerca de su patio trasero, con tierra apelmazada bajo tus uñas, tu cabello siempre cortado al ras, te faltaba uno de los dientes delanteros porque arrojabas piedras a sus ventanas.
—Lo siento —dice finalmente, cuando la chica presiona la carta en el centro de su pecho, inclinándose lo suficiente para que su largo cabello sedoso cubra su rostro. Lentamente, cruza los dedos sobre la carta y le da un apretón a la mano mientras la presiona hacia ella.
