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2:00 AM con esposo! umemiya x gn!reader
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—Hola, cariño. —Los ojos azules de Umemiya se posan en ti. Son casi las 2 a. m.
Tienes los ojos cerrados, tu pecho sube y baja lentamente con una respiración uniforme, lo que sugiere que podrías estar durmiendo. De hecho, ustedes dos tuvieron un día ajetreado, pero Umemiya parece negarse a que estés dormida. Además, no pareces tener el sueño pesado por lo que él te conoce, o tal vez solo estés fingiendo, pero ¿por qué? ¿ O podría ser que le estés tomando el pelo? Después de todo, ¿quién duerme en su noche de bodas, verdad?
—¿Recuerdas cuando prometimos casarnos? —preguntó Umemiya sin dejar que ninguna otra perturbación se acumulara en su mente y la dejara atrás.
"Claro que me acuerdo", exclamas con la mayor sorpresa que se esconde bajo tu voz susurrante mientras parpadeas y abres los ojos de par en par. Puedes sentir lo pesados que están tus párpados por el cansancio de todo el día. Los invitados, el saludo, los regalos, los ancianos... era como caminar dentro de un tren en movimiento.
—Ya veo —tararea Umemiya—, ¿qué más recuerdas?
Arqueas las cejas. "¿Y tú qué?", preguntas, "¿Por qué preguntas? ¿Lo olvidaste?".
—Por supuesto que no —la voz de Umemiya se eleva un poco. ¿Cómo pudiste preguntarle algo así? ¿Cómo pudiste siquiera decirle algo así? —Cariño, ¿por qué crees que te lo pregunté? —exclama con un puchero formándose en su rostro tratando de defenderse de tu provocación. Él sabe que no eres inmune a su puchero.
—No lo sé. Dímelo tú —susurras, lo que hace que haga más pucheros, pero dura tan poco que es difícil precisarlo. Están uno frente al otro tan cerca que es por eso que te diste cuenta.
—Bueno, porque... —Se acerca más a ti—. Es nuestra noche de bodas, pero estamos acostados en la cama.
Sueltas una risita y frunces los labios. "Entonces, ¿qué quieres hacer?"
—Sabes qué... Umemiya te acerca más a tu cuerpo con tanta facilidad que te hace preguntarte si está fatigado por lo que parece, como afirmó estarlo antes de irse a la cama. —Podríamos... abrazarnos.
No pudiste contener la risa que te bullía en el estómago. Su brazo descansa sobre tu espalda mientras te sacudes de alegría en su pecho. Hay una medialuna extendiéndose en su rostro mientras te mira, dándote tiempo para reírte. Haces una pausa, inhalas y levantas ligeramente la barbilla para encontrar su mirada. Es tan serena como el mar nocturno del invierno.
"Haji, ¿qué crees que estamos haciendo ahora?"
"Ummm... quizás hablando."
Te acurrucas un poco más contra su pecho. Él tira del edredón para cubrirte a ti y a él también. Hace calor debajo. El sonido de las olas rompiendo en la orilla llega hasta la habitación. Puedes oírlas. De hecho, fue una buena decisión ir a la playa para una luna de miel, pero tal vez no en este invierno tan duro.
—¿Estás seguro de que no vamos a follar? —pregunta Umemiya como si no supiera la respuesta. Le haces un gesto con la cabeza y una sonrisa se dibuja en tu rostro.
Umemiya siente tu cabeza rozar su pecho en un gesto de "sí". Sonríe y te da un suave beso en la frente antes de finalmente rendirse al cansancio.
"Buenas noches, señora Hajime."
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