EL CIELO TE MANDÓ PARA MI
Mi nombre es Rebecca Armstrong y quiero compartirte esta historia que hace parte de mi vida...
Tenía 18 años estaba en la discoteca y decidí salir a fumar, me fui al callejón para poder fumar tranquila cuando veo venir c...
No puedo negar que me emocioné mucho por las flores y lo que decía la tarjeta, a quien le miento diciéndole que no significó nada para mi, mi corazón casi explota de emoción, ella tiene mucho poder sobre mí, yo estoy enamorada de esa mujer, pero siento una lucha interna conmigo misma tratando de deshacerme de este sentimiento, porque sé que al fin de cuentas la que pierde aquí soy yo.
Ella ha seguido su vida, con su marido y eso es algo muy disiente para mi. No la quiero juzgar, pero yo no podría haber seguido casada con un tipo que tiene ese concepto de mi, todo lo que dijo de ella esa noche fue bastante ofensivo y aún así ella sigue con el y no solo eso, después de estar juntas las dos, de haber pasado toda la noche haciendo el amor irse con el e ignorarme el resto del viaje, eso me dolió y mucho, porque yo me entregué en cuerpo y alma a ella, para mi no era sexo o una experiencia más y ya, yo pensé que hacíamos el amor, que también era especial para ella, pero que equivocada estaba, así que por muy enamorada que me sienta no voy a ceder tan fácil, perdón no voy a ceder, creo.
Aunque no entiendo para que me busca, ya estuvo con una mujer, era lo que quería no?
Al día siguiente llegué temprano a mi oficina y vi que había sobre el escritorio un Té con leche y una caja de croissants, me quedé pensando que yo no le había pedido nada a Kade, iba a llamarla a preguntarle cuando vi una pequeña nota:
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"Buenos días Bec, espero que te guste este desayuno, te lo mando con mucho cariño, para que sepas que desde bien temprano te tengo en mis pensamientos...
Se que te encanta el Milk Tea y los croissants, no olvido nada de lo que me contaste a cerca de ti y tus gustos.
Espero que no te molestes y los disfrutes.
Necesito verte, por favor Rebecca quiero que me escuches...
F.S.Ch.
No pude evitar sonreír, estoy jodida! Dios!
Me frote la cara con mis manos, dudé si comérmelo pero pensé " se ve delicioso, total ellos no tienen la culpa"...
Me dispuse a trabajar y tuve varias reuniones con personas con las que hablé el día del cóctel, todo estaba saliendo bien y me sentía contenta.
Le mandé un mensaje a Charlotte para ver si podíamos vernos cuando saliera de la oficina y ella dijo que pasaba por mi.
El día había sido bastante, productivo, eran ya las 5 de la tarde y me sentía un poco cansada, estoy recostada en mi silla y sumida en mis pensamientos cuando suena el teléfono de la oficina.
- Señorita Rebecca, tiene una llamada dicen ser de una empresa que necesitan contactarse con usted.
