don't trust on him ꩟

447 54 77
                                    

Tras dejar a la señora Seo en su casa, el pelinegro lo llevó a un restaurante caro y tan lujoso que Jaeyoon sentía que si hablaba, podía caerse la lámpara de cristales que había en el centro de todo el lugar.

-Y bueno Jaeyoon, hablame un poco de ti-lo miró con esa mirada penetrante, quería morirse en ese momento sinceramente.

-Pues desde que era pequeño me ha gustado la informatica y estaba estudiando para convertirme licenciado en informática-dijo alzando los hombros-También me gustaba tocar el violín pero no iba a llegar a ningún lado siendo sinceros-desvió su mirada y jugó con los cubiertos para tratar de hacer que desapareciera la repentina sensación de vacío en su pecho-¿Y qué hay de ti? ¿Por qué decidiste esa vida?-ignoró su malestar y vió a Heeseung como si no hubiera pasado nada.

-Yunah y yo no venimos de hogares tan cariñosos, los primeros años si fueron bonitos, pero los demás fueron jodidamente difíciles y dolorosos. Es difícil ver cómo tus padres caen en la droga y se vuelven más hostiles con tu hermana y tú, como es cada vez más difícil comer 3 veces, como es que dejaron de cuidarnos-habló percibiendo enojo en su voz, el pelinegro miró un punto fijo mientras hablaba-Aunque... Funcionó para forjar mi carácter, no podía seguir siendo un niño de 13 años que lloraba por todo. Tenía que ser un hombre y soportar los golpes de mi padre hasta que tuviera suficiente dinero para escapar con Yunah-finalizó, siguio mirando el mantel de la mesa como si fuera interesante mientras se hundia en sus pensamientos.

Jaeyoon hizo una mueca sintiéndose culpable, había desbloqueado esos recuerdos que Heeseung había metido en una caja de metal resistente y luego encadenada para tirarla al océano interno de su cabeza. El pelinegro la estaba pasando mal lo podía notar por su respiración que se hacía agitada cada vez más y como agarraba el mantel con fuerza, estaba asustandose.

Gracias al mesonero que vino con la comida ese momento quedó en el olvido.

Tuvieron una cena amena entre risas y bromas que ayudaron a que se borrara de sus memorias ese momento triste.

Salieron del restaurant a pie porque Jaeyoon quería caminar un poco por las zonas costeras que tenía la ciudad, las luces de las lanchas y yates que habían en el muelle iluminaban un poco el oscuro azul que había tomado el mar tras el anochecer.

-Es hermoso-sonrió mientras se sentaba en la arena-¿No te gusta?

-No-emitió-Tiene sus razones-finalizó sin querer dar muchos detalles.

-Somos muy opuestos, tenemos cosas que a uno de nosotros le gustan y que al otro no-soltó una carcajada-No puedo creer que me hayas secuestrado, hay gente mucho más bonita que yo-suspiró.

Heeseung quitó su mirada de la brillante luna y lo miro como si estuviera diciendo la estupidez mas grande de este mundo.

-Define belleza-pidió.

-Pues, las personas con piel más clara que yo, rubias, ojos claros, que tengan buenas proporciones corporales, labios pomposos, ojos más llamativos, nariz refinada y pestañas largas-terminó-Yo no soy nada de eso-jugó con la arena.

-A ver Jaeyoon, tú eres perfecto tal y como eres. Amo tu cabello castaño, tus ojos, tus labios, tu color de piel, tu cuerpo, tu nariz y todo lo que tenga que ver contigo. No necesito de una rubia oxigenada cuando te tengo a ti, eres tu el que me gusta, eres tu el que hizo que me arriesgara para conseguirte. Eres tú y solamente tú-se miraron a los ojos, unos llenos de admiración y los otros llorosos.

Nadie le había dicho a Jaeyoon palabras como estas anteriormente, le decían comentarios sobre su cuerpo a la hora de tener sexo y un "te amo" artificial pero nunca, algo de tanta magnitud como lo que le había dicho Heeseung no sabía que alguien más pudiera verlo de esa forma. El sentía que no era deseado, que no era lo suficientemente bonito, que no era nadie pero llegó este hombre y cambió todas las cosas.

El castaño no tenía palabras solamente podía ver sus ojos y eventualmente sus labios mientras sentía sus respiraciones mezclarse, y ahí fue cuando recordó que este hombre era su secuestrador, el mismo que le había dado un plazo para enamorarse, el mismo que lo había hundido en una bañera de sangre hasta casi ahogarlo.

Entonces, corrió.

Corrió lejos de Heeseung sin ver hacia atrás porque sabía que lo estaba persiguiendo, sabía que después de esto le iba a pasar algo porque Heeseung estaba enojado, porque cuando Jaeyoon se cansó lo agarró bruscamente de su cintura y lo jaló lejos de la arena del mar. La gente no los miraba, pasaban por su lado y no miraban la cara de miedo del castaño o que estaba siendo arrastrado como si fuera un niño después de hacer un berrinche porque no le compraron un nuevo juguete; la situación era aterradora. Heeseung lo tiró en el asiento de atrás y manejó sin parar hasta llegar a algo parecido a una montaña donde se podía ver la ciudad, estaba desolado y no tenía el mejor presentimiento.

Heeseung lo tomó de nuevo, lo arrastró e hizo que de sentara en el capo del automóvil. El pelinegro lo miro furioso antes de poner sus grandes manos al redor de su cintura y acercarlo a el para besarlo, Jaeyoon no quería y forcejeaba para romper el beso.

Entonces pasó lo que nunca creyó que Heeseung le haría, lo abofeteo.

-¿Crees que podías huir de mi, puta?-empezó a desvestirlo a la fuerza mientras lo golpeaba por resistirse.

Este no parecía el Heeseung con el que llevaba conviviendo hace unos días ni era el Heeseung de la playa, este era el Heeseung real al que no le importa nada, era el que no le importaba dañar a las personas para conseguir lo que quería, a este no le importaba nada y Jaeyoon no pudo sentir más miedo.

Heeseung lo podía matar esta noche si seguía resistiéndose.

Con todo el dolor en su corazón, besó a Heeseung y se quitó la camisa por voluntad propia. El tacto del pelinegro en su piel quemaba, ardía, dolía le daban ganas de vomitar ahí mismo.
Pero, tendría que soportar y tener sexo, aunque no quisiera, con Heeseung.

Esta noche fue horrible para el.












lloré escribiendo este capítulo ok, me dió náuseas y todo.

𝗠𝗶𝗻𝗲 - 𝗵𝗲𝗲𝗷𝗮𝗸𝗲 ׄ  ⪦̮Donde viven las historias. Descúbrelo ahora