No sabe la fecha exacta en la que sus padres empezaron a consumir sustancias ilegales pero deseaba que se acabara pronto y fuera algo pasajero, algo que no fuera diario. Grande fue su sorpresa al notar como sus padres se volvieron dependientes a la emoción que les causaba consumir ese polvito blanco que tanto les gustaba. En algunas ocasiones, venían personas a la casa que también parecían disfrutar de la misma emoción, amigos nuevos de sus padres o tal vez personas que venían a cobrarles.
Siempre los miraba por un pequeño espacio entre la puerta de la habitación que compartía con su hermana la puerta los separaba de ese mundo lleno de tentación y perdición pero lastimosamente su línea era frágil. Una sola gota de curiosidad y podría llegar a romperse, algo que estaba brotando en el pecho del pelinegro últimamente.
No sabía con exactitud que pasaría si pisoteaba el fino hilo que lo separaba tenía curiosidad por saber que podría causarle ¿Lo haría sentir feliz? ¿Se sentiría bien?
Miró a su hermana por encima del hombro, ella estaba durmiendo plácidamente en una cama vieja con rastros de lágrimas secas en sus mejillas. Se prometió nunca romper el hilo por el bien de Yunah.
En su lucha por encontrar algo de comida. Encontró a un hombre que parecía ser bueno le ofreció darle comida y algo de dinero si hacía lo que le pedía; Heeseung aceptó, en su inocencia de 13 años sin percatarse de las segundas intenciones del hombre.
Este emanaba un aura integrante, atrayente y se atrevería a decir que seductora. Poseía una voz capaz de erizar el vello más pequeño que se encontrara en su piel, alto como un poste de luz, un cabello rubio como el sol, piel pálida, mejillas que parecieron ser pinceladas gracias a las pequeñas manchitas marrones que decoraban sus mejillas y ojos marrones hipnotizantes.
El hombre lo invitó a pasar, el inocente Heeseung aceptó con un estómago demandando con urgencia algo comestible para sacar su hambre los grandes ojos llenos de vida del jovencito miraron la gran sala buscando algo para comer aunque sabía que no era correcto ya que no era su casa. El hombre volvió, con un pan y queso en una bandeja de plata tan brillante que lo cegó unos minutos.
–Dime...–el hombre dejó la bandeja en la mesa cuidadosamente para empezar a prepararle algo al jovencito que lo miraba atentamente sin parpadear–¿Qué hace un muchacho tan joven por aquí solo?–cuestionó, extendiendole el pan.
Dudo un poco pero su estómago gruñó delatando toda el hambre que tenía, al final terminó aceptando el pan y ingiriendolo bajo la brillante mirada del hombre de cabellos rubios.
–Buscaba comida para mi hermana, ella es muy pequeña para acompañarme entonces la dejo en casa–respondió dejando la mitad del pan en sus manos para llevárselo a su hermanita.
–Termina de comer puedo hacer otro para que lo lleves a casa–el hombre se levantó de su asiento dispuesto a preparar otro pan con queso.
Las lágrimas invadieron los ojos del pequeño que nunca había tenido tanta suerte en su vida sus hipidos y sollozos compensando el silencio que había en la casa. El mayor parecía importarle poco que el pequeño se estuviera casi ahogando en sus propias lágrimas y que respirara con algo de dificultad, estaba sereno mientras cortaba el queso que rellenaría la comida de Yunah con una media sonrisa adornando su rostro.
¿Estaba feliz con escucharlo llorar?
Entre hipidos y sus lágrimas que parecían no querer dejar de deslizarse por sus mejillas Heeseung se dió cuenta de que no estaba en su casa, que no podía hacer un escándalo porque se darían cuenta de lo patético y de la poca educación que había recibido. Entonces, se obligó a dejar de llorar ya que posiblemente el hombre se estaba burlando de el a sus adentros.
Tan patético.
El rubio se sentó frente a él de nuevo extendiendole el pan envuelto cuidadosamente, este lo miró expectante como si esperara a que su cuerpo dejara de temblar para seguir preguntándole cosas.
–Escuchame muñeco, no puedes llorar en frente de los demás porque lastimosamente, van a verte como alguien vulnerable–habló paseando por la cara del menor, analizando sus delicadas facciones al terminar de hacerlo, sonrió pero de una manera que erizó la piel del menor.
Heeseung se sintió atrapado repentinamente algo le decía que tenía que salir de ahí ahora mismo. El ambiente se sentía pesado para el en este momento, invadiendo el calmado que había anteriormente. Con una sonrisa nerviosa trató de despedirse del hombre, con éxito llegando a la puerta pero no logrando abrirla ya que se encontraba cerrada. Miró de reojo la silueta del hombre levantarse de su asiento, ya no había escapatoria.
Lo tomó de la cintura, arrastrándolo a el peor recuerdo de su nefasta e incolora niñez.
Sus gritos llenaron todos los espacios de la gigantesca casa pero para su mala suerte nadie era capaz de auxiliarlo, no tenían la suficiente valentía para hacerlo. La esposa del hombre que se encontraba en casa tampoco hizo nada para ayudarlo, simplemente se dedicó a cerrar los ojos y taparse los ojos mientras lloraba por la impotencia de no contar con la fuerza necesaria.
Le había arrebatado la flor de la juventud que poseía Heeseung, le había arrebatado su virginidad.
Abrió los ojos repentinamente, viendo a Jaeyoon dormir tranquilamente a su lado ¿Así se sintió el cuando le hizo aquello? Salió de la cama rumbo a la habitación de su hijo, viéndolo descansar a salvo.
Se cuestionó ¿Realmente quería verlos sufrir? ¿Realmente creía que eso llenaría el vacío de su alma?
Sentado en el pequeño sillón de decoración que se encontraba en la amarillenta habitación de su hijo, veía paz en la cara de las dos personas que lo acompañaban, algo que casi nunca veía en ellos cuando estaban despiertos o estaban con el.
Mantenía una lucha interna con el mismo todos los días ¿Realmente quería esto?
me acordé de que existía Wattpad, pido perdón por no actualizar 😞
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𝗠𝗶𝗻𝗲 - 𝗵𝗲𝗲𝗷𝗮𝗸𝗲 ׄ ⪦̮
FanfictionDonde Jaeyoon lucha contra un cambiante Heeseung, sin saber que esperar. ☆ heejake. ☆ angst, romance, temas delicados. ☆ historia editada. azael 𖹭's enhypen.