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Realmente, pasó una buena tarde con su familia.

Dejando atrás todos sus problemas y trastornos, pudo disfrutar de un buen día pero, siempre llegaba ese momento en el que era momento de debatirlo, de sobrepensarlo y ese momento no podía esperar más.

Se despidió de su ángel con un beso en la mejilla y de su hijo con un beso en el centro de su cabeza dejándoles saber que el no era tan malo como lo pintaban... o si.

Realmente los odiaba por hacerlo tan dócil y débil, quería destruir al principal causante de esas asquerosas sensaciones que tenían el epicentro en su estómago. Si no hubiese alterado su química desde que soportó todo lo que le hizo Jaeyoon no estuviera vivo para contarlo y Riki posiblemente hubiese nacido de otra persona, así de simple.

Nadie había durado 5 años de tantos maltratos físicos, verbales y psicológicos, merecía el premio a la persona más fuerte mentalmente por no haber intentado algo para darle final a su agonía. Por su corazón paseó la calidez que había experimentado alguna vez en su trágica infancia, la calidez que había experimentado en una tarde familiar.

Sus ojos se brillaron de felicidad ¿Todo esto lo había causado Jaeyoon? Jaeyoon le devolvió lo que había buscado durante largos días llenos de cansancio, aunque aún no podía definir con precisión lo que sentía por Jaeyoon sabía que la raíz de todo eso era el amor que, de una forma u otra, había desarrollado aunque su plan desde un principio haya sido matarlo después de un tiempo, aunque le causara arcadas la idea de el siendo similar a esos galanes de las telenovelas. Tiene ansías de ser creativo, pero su creatividad no era moralmente "normal" y por eso tenía que meterse bajo la piel de esos galanes.

Lo mejor sería consultarlo con la almohada.

Besó la suave piel de la mano de su ángel que lo miraba con una sonrisa amorosa

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Besó la suave piel de la mano de su ángel que lo miraba con una sonrisa amorosa.

Tal vez reflejando lo feliz que estaba de recibir lo que había estado esperando durante tanto tiempo.

–Cielo mío ¿Qué te parece salir hoy?–el rubio miró la puerta que los separaba de los pasillos refiriéndose a su pequeño–No te preocupes por Riki, Yunah estaría encantada de cuidarlo–le clavó sus ojos encima, hambriento por una respuesta positiva.

–Me parece bien entonces–aprovó la idea siendo atacado minutos después por los labios del pelinegro.

Cuando su aire empezó a escasear los dos sabían que debían separarse, era una adicción sentir los labios del otro como si murieran al no tener eso. Aunque, es mentira, ya que pasaron meses y hasta años sin tener algún tipo de interacción más que rechazos.

–Deberíamos tintar nuestro pelo–siguirió esperando la reacción del contrario.

–Me haría bien retocar el color–sonrió dando a entender que estaba de acuerdo.

Quedó pensando mientras veía la sonrisa de Jaeyoon, no lo había visto ser así de feliz a su lado entonces se replanteó su plan ¿Debía hacerlo o no?

–Vamos a comprarlo en ese caso–respondió saliendo de su dilema.

Al salir se encontraron a Riki quien corría feliz hacia ellos, sus ojos brillando de felicidad y su pequeña cara siendo adornada con una sonrisa que no sabía que su hijo poseía ¿Realmente quería destruir esa sonrisa? Una que nunca había visto cuando estaba a solas con su hijo; miró hacia abajo confundido al sentir dos bracitos cortos apretar sus piernas con fuerza, la calidez que había experimentado antes volviendo a abrazar su corazón negro de tanta maldad. Le devolvió el abrazo al pequeño, levantandolo en los aires y haciéndole cosquillas en su pancita, ¿Realmente necesitas destruir a tu familia para satisfacer tus necesidades retorcidas?

















corto porque en el próximo se vienen cositas y el posible final.

𝗠𝗶𝗻𝗲 - 𝗵𝗲𝗲𝗷𝗮𝗸𝗲 ׄ  ⪦̮Donde viven las historias. Descúbrelo ahora