𝗠𝗶𝗻𝗲 - 𝗵𝗲𝗲𝗷𝗮𝗸𝗲 ׄ ⪦̮

flying away ꩟

Tocaron el timbre llamando a alguien para que abriera la puerta desesperadamente, el pequeño Riki quien temblaba escondido en una esquina se dirigió dudoso a la puerta, sin saber si era correcto hacerlo.

Con su pequeña estructura tambaleando por el miedo, dirigió su pequeña mano a la manija de la gran puerta principal sin tener el conocimiento de quien estaba tras esta. Suspiró aliviado al ver que las personas detrás de la puerta, eran Sunoo y Sunghoon pero estos se veían en un mal estado como si hubieran estado peleando.

–Riki, debes venir con nosotros. No hay tiempo para explicaciones–soltó el pelinegro agarrando su brazo para sacarlo de la sombra de la puerta. El pequeño forcejeó un poco al principio, pero al no contar con la fuerza suficiente dejo de intentarlo–No estás seguro aquí ahora–murmuró.

Sunoo le dedicó una mirada llena de lástima sin entender realmente porque le dirigían esas miradas y hacían estos actos. Se subió al auto con ayuda del mayor, quedándose quieto como si fuera un muñeco porque sabía que a Sunghoon no le gustaba que le cuestionaran las cosas. Si lo estaban llevando sin el consentimiento de sus padres, que no veía desde el día anterior, estarían en serios problemas o mucho peor. Pero teniendo el conocimiento de que Sunghoon era el mejor amigo de Heeseung, podría decir que podía confiar en el.

El rubio dirigió su vista hacia Sunghoon quien conducía sin parar, este le asintió y Sunoo dirigió su cuerpo hacia el pequeño; suspirando al inicio y paseando su vista por su cara. Dejando aún más confundida a la pequeña criatura vulnerable que lo miraba con ojos grandes y los labios entreabiertos enseñando un poco de sus dientitos, pidiéndole una explicación indirectamente.

Se mordió el labio dudando de la decisión correcta. Si le decía la verdad, podía hacer llorar al pequeño o este podría volverse loco y si le mentía, describiría la verdad tarde o temprano y años más tarde querría asesinarlos. Con todo el dolor de su corazón, decidido la primera opción por más dura que fuera.

–Amor...–empezó el rubio, entrelazando sus manos–No te pongas triste por lo que te voy a decir por favor, solo escúchame, es una petición de tu papi Jae–transmitió una sonrisa algo rota al ver como los ojitos del pequeño se iluminaban ante la mención de Jaeyoon–El nos pidió que te lleváramos cuanto antes con nosotros porque estarías en peligro. No sabemos cuando tú papi vaya por ti, o si está con vida siquiera–bajo la voz ante lo último.

El pequeño frunció los labios, bajando su vista, procesando las palabras suaves en su cabeza. Finalmente asintió, aceptando, si eran órdenes de su papi Jae debía aceptarlas sin rechistar porque el era un buen niño obediente.

Sus recuerdos sobre su padres arropandolo y dándole un beso en la frente fueron interrumpidos por la charla de los dos mayores que iban en los asientos de adelante, despertando la curiosidad en el pequeño cuerpo del niño quien sabía que estaba mal oír las conversaciones adultas aunque estas involucraban a sus padres.

–No... Hay que alejarlo de Heeseung–dijo el pelinegro.

–El es un peligro muy grande en estos momentos–afirmó el otro, con un leve asentimiento. 

–Si le hizo eso a Jaeyoon, no quiero imaginar que le puede hacer a su propia sangre–hizo enfasis en la penúltima palabra.

Al parecer el asunto lo cubría completamente, como lo hacía la sombra de su padre al no contar con la altura suficiente.

¿Su padre había intentado hacerle algo a su papi? Pensó que esta vez serían una familia feliz sin agresiones, maltratos o malas caras. Sin embargo, parecía que el concepto de familia en su casa no existía, y lo único que había ese concepto abstracto que sus padres le dieron a conocer desde que nació.