*: escuchen pink maggit de deftones y pandora de wisp para que se metan más.
Todo iba de maravilla en Venecia para Heeseung, todos los negociantes habían quedado maravillados con su propuesta y se habían peleado por ella como animales.
Y Sunghoon pues, le coqueteaba a todo lo que se moviera.
No veía el momento de ir a su casa, junto a Jaeyoon, ellos dos nada más. El era consiente de sus acciones que eran nocivas para el rubio, debía controlarse o acabaría matando a su hermoso ángel.
Fumando un porro en un balcón con una vista hermosa hermosa se puso a reflexionar, el quería lo mejor para el rubio y lo mejor según el, era estar con el ignorando por completo los sentimientos del rubio. Pero muy en el fondo el sabía más que nadie lo dañino que era para el rubio, lo destructivo que era amarlo de su forma tan abstracta y enferma.
¿Qué podía hacer? No iba a dejarlo hasta que uno de los dos dijera que no podía más, porque así era el, su obsesión no lo iba a dejar a pesar de ser consiente de todo lo que le hacía a Jaeyoon.
Lo sabía y aún así prefería seguir hundiéndolo más y más en el inmenso mar de sentimientos de la destructiva relación que mantenían, se lastimaban con las acciones pero Jaeyoon siempre lo iba a "amar" siempre iba a volver por su tacto, era un adicto a las experiencias que el pelinegro le daba.
Era adicto al dolor físico y psicológico.
Terminando su porro que lo acompañó en su reflexión, volvió a los adentros de la penthouse en la que había una fiesta hermosamente desastrosa organizada por Sunghoon, estaba todo tipo de personas ahí, hasta gente que el no conocía y que si no se hubiera metido una línea fueran aburridas para el. Ni siquiera sintió su móvil vibrar en su bolsillo por una llamada de Jay, ni siquiera sintió el dolor de sus pies, ni siquiera sintió culpa al ignorar esas llamadas que seguramente eran de Jaeyoon. Solo sabía que la estaba pasando bien tras casi arrebatarle la vida a su ángel.
Se sentía tan bien y tan mal a la vez estar tan ido del plano terrenal, tanto que empezó a alucinar con ver el cabello de su rubio. Brillaba como el sol, tanto así que lo cegaba, lo miró por varios minutos, admirando.
Una chica lo tocó y luego le sonrió seductoramente, el le devolvió el gesto solamente porque era rubia y le recordaba a Jaeyoon. La empezó a besar apasionadamente, la cargó por los muslos y se la llevó a una habitación. Se sentía bien, estaba ansioso por sentir el toque, porque el creía que era Jaeyoon.
Así que cuando metió su miembro en la vagina de la chica se desilusionó, la dejó desnuda y gritando que volviera. Ahora se sentía estúpido, ¿Por qué creyó que alguien más sería igual a su ángel? Nadie podía compararse, ni siquiera una perra plástica rubia que se encontraba siempre en las fiestas.
En eso, Sunghoon apareció con sus ojos llenos de diversión y esa sonrisa que indicaba lo bien que se la estaba pasando, el le ofreció una pastilla al pelinegro quien la aceptó.
Después, se sorprendió llorando por comparar el toque de Jaeyoon con el de una chica, por hacerlo sentir mal, por hacerlo llorar, por empujarlo a hacer cosas que el no quería, por llevárselo a vivir un infierno.
Porque el sabía más que el propio Jaeyoon que eso no estaba bien y que no podía vivir así.
Se odiaba a si mismo, quería que la fiesta terminara ahora mismo, quería abrazar a su Jaeyoon, quería llorar, quería dispararle a alguien, quería bailar, quería ponerse tan mal hasta tener una sobredosis.
Quería ver a Jaeyoon.
Mientras Heeseung se drogaba hasta perder la razón, Jaeyoon tenía una cena llena de risas pues habían empezado a contar anécdotas divertidas y bueno, el ambiente se sentía familiar.
Nunca pasó por su mente Heeseung, estaba tan concentrado comiendo y riéndose que no se molestó en pensar en el, en ese jodido dolor de cabeza. Prefería mil veces que se quedara donde sea que estaba a que volviera a tratarlo como basura, amaba estos momentos de paz y felicidad porque con Heeseung nunca los tenía.
Sus ojos siempre estaban llenos de lágrimas, estaba triste, enojado o simplemente "muerto" como le decia el, Heeseung lo hacia sentir así y aunque deseara con todas sus fuerzas huir, no podía porque la obsesión de Heeseung era más grande que el y podría encontrarlo dónde sea que se escondiera.
Estaba cansado de fingir que lo amaba a su corazón le dolía, a su estómago le causaba náuseas y a su cabeza dolor. El nunca iba a poder amar a Heeseung porque sabía como era realmente, jamás podrá enamorarse de un monstruo.
Odiaba a Sunghoon por ser un maldito traicionero y dejarlo tirado en esta posición, lo odiaba con toda su alma, tanto que quería ahorcarlo con sus propias manos.
Esos dos hombres eran los únicos merecedores de todo el odio y veneno que albergaba su corazón, esos dos asquerosos hombres que lo han llevado a la ruina.
Al menos tenía a su hijo en camino, su rayito de luz, su único y verdadero amor. Era lo único bueno que Heeseung le había dado de todo esto, su pequeño hijo.
Y aunque odiara vivir aquí, se quedaría para poder darle todo lo que se merece su hijo, soportaría el dolor, se ahogaría mil veces en el mar y quemaría sus manos por el.
A pesar de que destruya su alma en pedazos.
lo di todo. 🦾
disculpen si hay errores es q me estoy muriendo del sueño.
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𝗠𝗶𝗻𝗲 - 𝗵𝗲𝗲𝗷𝗮𝗸𝗲 ׄ ⪦̮
FanfictionDonde Jaeyoon lucha contra un cambiante Heeseung, sin saber que esperar. ☆ heejake. ☆ angst, romance, temas delicados. ☆ historia editada. azael 𖹭's enhypen.