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Ya Sabía La Verdad (2)

—Estoy... estoy aquí para ver al Príncipe Heinley...

La mujer que se acercaba al Palacio del Sur fue interceptada por un hombre que pasaba por allí. El hombre era un caballero, aunque no un ciudadano del Imperio Oriental.

—¿Para quién estás haciendo un recado?

—Oh no. Quería decirle algo.

El caballero inclinó la cabeza mientras observaba a la mujer.

—¿Tú?

Aunque la mujer estaba bien vestida, no parecía una mujer noble. Ella tenía que ser una sirvienta que trabajaba en el palacio. Le resultaba difícil comprender por qué el Príncipe querría reunirse con una sirvienta extranjera.              

—He oído que el príncipe está buscando a la persona que le escribía las cartas...

Los ojos del caballero se abrieron de par en par.

—¿Tú eres la persona que está buscando el príncipe Heinley?

Casualmente, el caballero era del Reino Occidental, al igual que el Príncipe Heinley. Ante la desconfiada mirada del caballero, la sirvienta— Cherily— se puso roja y gritó, ‘‘¡Sí!’’ Rashta la había convencido de que podía hacer como si hubiera estado jugando una broma si no funcionaba, pero si resultaba, podría ganarse el amor de un hermoso príncipe. Todavía estaba aterrorizada, sin embargo, el caballero miró a Cherily en silencio y luego se dio la vuelta

—Ven por aquí, por favor.

Cherily ansiosamente siguió al caballero. La vizcondesa Verdi le había contado sobre el contenido de las cartas, pero considerando el tiempo en que la dama de compañía regresó a su propiedad, a Cherily le inquietaba no saber los últimos intercambios. Rashta le aseguró que no tenía que saberlo, pero...

—Estamos aquí.

Cherily se detuvo, tragó secamente y miró al frente. El caballero llamó a la puerta y anunció la visita de la sirvienta.

—Su Alteza, una mujer ha llegado alegando que ella fue la que intercambió cartas con usted.
              
Pero no importa cuánto esperaron, nadie respondió.

—Oh. ¿Salió?

Gruñendo, el caballero le dijo a Cherily que esperara en el salón, y ella se quedó inmóvil en el espacio vacío. Pasó alrededor de una hora antes de que el caballero finalmente regresara y dijera, "Está aquí. Te verá ahora."

—¿Qué? ¿Ahora?

La puerta del salón vacío no estaba cerrada, y el sofá en el que estaba sentada daba al pasillo. Ella no había visto a nadie pasar. ¿Pero el príncipe estaba aquí?

'Tal vez estuvo dentro todo el tiempo y fingió no estar...'

La inquietud de Cherily creció, pero se levantó rápidamente y siguió al caballero. La puerta del dormitorio se abrió.

Pasando esa puerta, ella podría ser humillada, o su futuro podría ser cambiado. Si las cosas salieran bien, sería como Rashta...              

la emperatriz se volvió a casar Donde viven las historias. Descúbrelo ahora