¿Dónde Está Reina? (1)
Regresé a mi palacio después de terminar mi trabajo, luego me puse ropa cómoda más rápido de lo habitual. Sentí que me palpitaba la cabeza, posiblemente por la sensación constante de que algo me molestaba. Poco a poco comencé a comprender las palabras de mi madre de ‘‘No te involucres en los asuntos del Emperador y su concubina.’’
Pero, madre incluso si trato de no involucrarme, ella sigue apareciendo frente a mí.
—Condesa Eliza.
—¿Si su Majestad?
—Sobre mi madre… no, no importa.
—¿Quieres que traiga a la duquesa Troby?
—No, está bien. La veré en Año Nuevo de todos modos.
—Debería consultar a la duquesa si se siente incómoda, Su Majestad.
El consejo probablemente me tranquilizaría. Pero si le hablara, la mente de mi madre sería un camino espinoso desde ese momento, y no quería cargarla con mis problemas. Ella ya pensaba en mí todo el tiempo.
‹‹Me lo guardaré por ahora. Puedo decírselo después. Mi madre debe haber oído hablar de Rashta de todos modos.››
—Lo haré. Ah, ¿La Señorita Laura está bien?
—Sí. Quiere volver al palacio lo antes posible.
—Dile que puede volver cuando quiera. Preferiblemente antes de Año Nuevo. De esa manera, la gente no hablara.
—Sí su Majestad.
Hablar de Laura me hizo extrañar su brillante energía. La condesa abandonó la habitación por un momento, me quité las joyas del cabello y las coloqué en la cómoda.
‹‹Me voy a la cama un poco temprano hoy.››
Debería saltarme la cena. En vez de eso, me senté en mi escritorio y abrí mi cuaderno.
Se oyó el clic de la puerta detrás de mí, pero no me di la vuelta, pensando que era la condesa. Sin embargo, la presencia se mantuvo en silencio detrás de mi espalda. Eso no era lo que haría la condesa. Cuando estaba sumergiendo mi pluma en el tintero, fruncí el ceño y me di la vuelta.
—¿Su Majestad?
Para mi sorpresa, era Sovieshu. ¿Cuánto tiempo había pasado desde que mi marido vino al palacio del oeste? En lugar de estar feliz ante su presencia, lo miré angustiada. Seguramente sería otra conversación difícil con él.
—¿Puedo ayudarlo, Su Majestad?
¿Por qué la gente cambia tanto?
Por supuesto que iba a ser otro encuentro incómodo. Tuve un terrible presentimiento, y me pregunté si tenía algo que ver con Sovieshu en mi habitación.
¿Cambio?
—Escuché sobre las cosas malas que le dijiste a Rashta.
Rashta. Una simple mujer pequeña. Pero su nombre y presencia se pegaron obstinadamente a mis pies dondequiera que iba.
—¿Qué dije?
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la emperatriz se volvió a casar
FantasyNavier era la emperatriz perfecta, sin embargo, el emperador quería una esposa, no una compañera. Por lo que dejó a la Emperatriz y puso una esclava a su lado. Eso estuvo bien, hasta que Navier escuchó al Emperador prometer a la esclava la posición...