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El Rey De Occidente (2)

Estaba segura de que mi hermano causaría algún incidente, pero afortunadamente se mantuvo tranquilo por algunos días. Tal vez se sentía muy frustrado por el hecho de que no podía enfocar su ira en una sola persona— Sovieshu. Mi familia se las arregló para persuadirlo de que volviera a casa. No debía descargar su ira contra Sovieshu o Rashta, de lo contrario, pondría su vida y su posición en riesgo.

‹‹Estoy en una situación en la que tampoco puedo hacer nada.››

En el momento en que me enfadé con Rashta, el Emperador me acusó de ser una acosadora retorcida de la pobre concubina. Por otra parte, si me enojaba con Sovieshu, sería criticada como una emperatriz incompetente, la cual no podía controlar sus emociones. Si me desquitara con él— yo, y probablemente mi familia también— estaríamos en riesgo. Aun así, si toleraba a Sovieshu y a Rashta, sería vista como una estúpida y una tonta; y no solo yo, sino toda mi familia también.

Me observé en el espejo, y una risa extraña escapó de mí. Una mujer retorcida, una emperatriz incompetente, o una tonta mujer. ¿Había alguna forma de salir de este laberinto?

—Su Majestad.

La Condesa Eliza me llamó desde la sala de estar. Toqué una campana en señal de permiso, y ella entró con una mirada sombría.

—¿Condesa? ¿Se siente bien?

Su expresión me puso nerviosa. Había padecido una serie de eventos desafortunados últimamente, así que inmediatamente me asusté. Mi predicción era más o menos cierta.

—Delegados del Reino Occidental han llegado.

Las malas noticias no eran acerca de mí, pero mi premonición era correcta.

—Un obituario.

—Así es. El Rey Wharton III ha fallecido.

El hermano mayor del Príncipe Heinley...

Me imaginé la sonrisa del príncipe convirtiéndose en tristeza, y mi corazón se sintió pesado de repente.

***

Esa noche, no se veía ni la luna ni las estrellas en los cielos. Se veía negro a causa de las nubes, pero de vez en cuando lograba ver un atisbo de un neblinoso círculo amarillo grisáceo en la oscuridad. Con un brazo apoyado en la ventana, observé sombríamente la escena.

‹‹Habrá un banquete por el bebé de Rashta en unos días.››

¿Sería capaz de mantener mi máscara puesta? Llevaba años haciéndolo, pero últimamente parecía que se me caía cada vez más a menudo. Más precisamente, me estaba cansando de mantener constantemente mis expresiones faciales bajo control.

‹‹...al final, lo haré si es mi deber.››

El viento frío hizo que se me pusiera la piel de gallina en la mejilla. Comenzaron a caer gotas de agua sobre mi brazo, una a una. Quité el brazo de la ventana y la cerré, pero en cuanto lo hice, vi un pájaro azul volando en la oscuridad.

—¡Ah!

¿El subordinado de Reina? Estaba tan sorprendida que abrí la ventana nuevamente. No estaba segura al principio, pero resultó que tenía razón, y el pájaro azul entró por la ventana abierta. A diferencia de Reina, a quien le gustaban las grandes entradas, el pájaro azul pareció ser más vacilante y cuidadoso.

—¿Eres el amigo de Reina?

Le hablé a pesar de ser un pájaro. Ya que Reina era inteligente, supuse que este también lo sería. El pájaro azul asintió e incluso se inclinó en una reverencia.

la emperatriz se volvió a casar Donde viven las historias. Descúbrelo ahora