C072

39 4 0
                                    

Un Cambio Repentino (1)

El Vizconde Langdel era un joven enamorado de la Duquesa Tuania. Cuando fue seleccionado como pareja de baile de la Duquesa en la fiesta de Año Nuevo, él se sintió como si tuviera el mundo en sus manos. Ese mismo joven apuñaló a Rashta...

—Debió haber pensado que fue la Señorita Rashta la que comenzó el rumor acerca de la Duquesa Tuania.

La dama de compañía que trajo la noticia se veía sorprendida.

—¿Cómo lo sabes?

—Cuéntame los detalles.

—Todo comenzó bien. Fue Rashta quien lo dejó entrar en su habitación. No sé por qué.

Rashta debió haberlo dejado entrar porque sabía que era un joven sufriendo por amor. Ella había observado a los hombres que se reunieron alrededor de la Duquesa en las celebraciones de Año Nuevo.

—No sé si puedo decir esto, pero...

La dama comenzó a tartamudear de una manera compungida, y después hizo un gesto con sus manos implicando que ignoráramos eso y comenzó a hablar de nuevo.

—El Duque Elgy entró pateando la puerta, diciendo que olía sangre, y afortunadamente golpeó—no, detuvo al Vizconde Langdel. El vizconde fue detenido en el acto.

—¿El Duque Elgy? ¿Ha vuelto?

—Sí, pero esta no es la parte importante, Su Majestad. Cuando el Vizconde Langdel fue capturado, el no dejaba de gritar que Rashta había arruinado a la Duquesa Tuania...

La dama de compañía me dirigió una corta mirada.

—Es por eso que me sorprendí cuando usted mencionó a la Duquesa Tuania de repente, Su Majestad. ¿Realmente hay alguna relación ahí?

Aunque ambas nos habíamos aproximado desde situaciones diferentes, llegamos al mismo tema.

—¿Cómo está la Señorita Rashta?

***

—¿Cómo está ella?

Sovieshu lo repitió, mirando los vendajes que envolvían el abdomen de Rashta. Se veía en un estado terrible. El doctor exhaló y se quedó viendo fijamente a Sovieshu, como pidiéndole que mantuviera la calma.

—¡Solo dímelo!

Sovieshu levantó su voz hasta gritar, y el doctor cerró los ojos.

—Su Majestad, por favor quédese en silencio por un momento. No puedo concentrarme.

Sovieshu se retiró y caminaba por la habitación de brazos cruzados, la ansiedad lo carcomía. Sentía que se estaba volviendo loco. El doctor ya había dejado claro que la herida no amenazaba su vida después de la primera examinación, así que, ¿por qué estaba comportándose de esa manera?

Después de dar un par de vueltas llegó a encontrarse cara a cara con el Duque Elgy, quien estaba parado cerca. El duque lo saludó con una leve sonrisa, y Sovieshu le dio unas palmadas en el hombro.

—Gracias. Salvaste a Rashta.

Estaba tan preocupado antes que se olvidó de la existencia del Duque.

—Solo fue suerte.

—Sí...

Sovieshu asintió y comenzó a caminar de nuevo, inconsciente de que el Duque Elgy seguía observándolo cuidadosamente.

"..."

El Duque Elgy inclinó la cabeza. Había salvado a Rashta, pero Sovieshu no mencionó el hecho de que otro hombre vino a la habitación de su concubina a última hora de la noche. El Duque estaba sorprendido de ver al emperador sobrellevarlo con tanta calma.

la emperatriz se volvió a casar Donde viven las historias. Descúbrelo ahora