Georgina Hill es la novedad en la Estancia Drákon. O, mejor dicho, Jasper la convierte en la novedad gracias a lo muy embobado que la mira mientras se deleita con ella escuchándola hablar.
Deslizo una mano por la baranda al bajar las escaleras, aprovechando que Gigi está sentada en el sofá junto a mis amigos sin percatarse de mis pasos descendentes para estudiarla antes de presentarme cara a cara.
Luce de mi misma edad, o tal vez tenga diecinueve. No puedo negar que es una muchacha preciosa. Y, cuando digo «preciosa», me refiero a ese encanto natural que tienen algunas personas por el hecho de tener facciones definidas y miradas indescifrables. Su piel clara tiene la misma suavidad que su pelo blanco platinado, liso y largo. Su nariz puntiaguda y sus labios finos combinan armoniosamente con sus ojos grisáceos y unos pómulos altos.
Sigo bajando escalón por escalón.
Enfrente de ella, en la mesa de café, posa un casco negro y unas llaves con muchos llaveros distintos, lo que me lleva a creer que conduce una motocicleta. Además, la chaqueta de cuero y los pantalones ajustados hablan por sí solos.
Tiene sentido que Jasper se haya fijado en ella. Es «el estilo de chica» con el que él se cautivaría a primera vista a pesar de no creer en el amor a primera vista.
Nos acercamos al centro de la sala y Melanie, Jasper y Gigi detienen su eufórica conversación.
—Buenos días... —saludo.
Jas levanta una mano, Melanie también a pesar de ya haberme visto y, para mi sorpresa, a Gigi se le ilumina la mirada en cuestión de segundos.
—Ay, ¿Brid, verdad? —exclama con una sonrisa inmensa y se pone de pie de un salto. Me tiende una mano, que por supuesto acepto.
Es suave. Su energía chocando con la mía es pacífica. Podría definirlo como un túnel de oxígeno puro y limpio. Ella agita nuestras manos, viéndome directo a los ojos, y tarda más de la cuenta en soltarme.
—Un gusto poder conocerte, al fin.
—Igualmente. —Le devuelvo la sonrisa.
—Me han hablado muchísimo de ti desde que conocí a Jas. Estuve muy intrigada desde entonces.
—¿Sí?
—No te das una idea.
Clavo mis ojos en Jasper con disimulo, quien se encoge de hombros en silencio. ¿Qué precisamente le han hablado de mí? Y ¿por qué le genera emoción como si mi presencia fuese de importancia para ella? ¿Qué papel cumplo?
—Intenté ponerle cara a tu nombre, pero ahora que te tengo enfrente... Eres muy bonita, ¿sabes? —Vuelvo a Gigi. Sigue observándome de arriba abajo fascinada. Yo acabo de enterarme de su existencia, y me sienta fatal.
—Claro que lo sabe —murmura Pierre en voz apenas notoria en tono... ¿cortante?
La chica enmarque una ceja en su dirección, porque sí que lo escuchó. Yo escuché eso. Me pregunto de dónde salió ese comportamiento. Ni siquiera se han saludado o dirigido la palabra apenas bajamos. «¿No le has hablado de ella?». La duda de Melanie gira en mi mente, al igual que el desinterés de Pierre hace un momento en su habitación.
Se supone que Jasper conoce a Gigi hace unos meses, ¿no es así?
—Tú... Tú sí que eres bonita —le contesto a la chica para que quite los ojos ardientes de Pierre.
Me dedica una sonrisa más, el doble de ancha, y vuelve a sentarse junto a Jasper, así que me dirijo al espacio que queda entre Melanie y Pierre algo confundida.
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EFÍMERO PRAGMA
FantasíaPosterior a abandonar un alma capaz de hacerla brillar, la calidez de sonrisas que acompañan y un pueblo oscuro y sigiloso que se convirtió en el significado de la palabra "hogar", Bridget Wilson transcurre sus días sumergida en recuerdos, nostalgia...